Es un paseo chico con gran historia

AutorCristóbal Martínez

La Plaza Hidalgo es una explanada de sólo una manzana detrás del antiguo Palacio Municipal de Monterrey, actual Museo Metropolitano, pero cuenta con una larga historia.

Nació a finales del siglo 16 como el primer mercado regio. Más tarde fue sitio de escarmientos públicos a delincuentes e insurgentes; luego, punto de encuentro para las familias y área de centros nocturnos.

Hoy, el paseo se encuentra semicerrado por su remodelación. Los trabajos los realiza el Municipio con apoyo de los hoteleros de la zona y el Gobierno estatal. Se espera que la plaza se inaugure en una semanas.

La renovación tendrá un costo de cerca de 28 millones de pesos y se planea realizar en dos etapas.

"Lo que sabemos por datos aislados es que la Plaza Hidalgo fue la antigua Plazuela del Mercado, que con el tiempo se transformó en la Plaza del Comercio", señala César Morado, coordinador del Archivo Histórico del Estado.

Su ubicación, cercana a la Catedral, a la Plaza de Armas (hoy de Zaragoza) y al Ayuntamiento, la convirtió en el sitio ideal para el comercio ambulante.

"Desde la fundación de Monterrey, a finales del siglo 16, y hasta 1875, este sitio fue el principal mercado de la Ciudad. Digamos, el tradicional, como sería una plaza de un mercado español", señala Morado.

Conocida en ese entonces como Plazuela del Mercado, la zona era una explanada de tierra sin bancas ni árboles, originalmente empleada como corral de la cárcel y las Casas Reales, en lo que hoy es el Museo Metropolitano.

"Se vendía fruta, carne, todo tipo de mercancías, incluso manufacturas", cuenta el historiador.

Pero además de su vocación mercante, durante casi tres siglos fue escenario de actos vinculados al convulso entorno político de la época.

Al estar situada a espaldas de las Casas Reales, la plazuela era el escenario perfecto tanto para ovaciones como para azotes, tal como sucedió durante la lucha por la Independencia.

"A esta plaza entraron las tropas insurgentes hacia 1811, encabezadas por Mariano Jiménez. Fueron recibidas con vítores por la mayoría de la población", indica Morado.

"Pero después, cuando viene la represión del Gobierno español, hacia 1813-1814, en esta plaza fueron castigados y fusilados los insurgentes de la región".

En esa época era común que los escarmientos públicos se realizaran en este espacio. Se azotaba a insurgentes o delincuentes por igual; a veces, también, se les cortaban las orejas para exhibirlas.

Estos castigos a la vista de todos eran una forma de prevenir...

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