Es clave en autismo la terapia presencial

AutorDaniel Santiago

Con ayuda de las terapias a las que asistían a diario, niños con autismo habían logrado avances en los retos que representa esta condición, pero con la pandemia vinieron el confinamiento, el trabajo a distancia, y los retrocesos.

"Empezaron a dispararse ciertas conductas en los niños, muchos berrinches, conductas que ya habíamos eliminado volvieron a aparecer", comenta Adriana Rodríguez, psicóloga y directora educativa de la Asociación Regiomontana de Niños con Autismo, A.B.P., Arena.

Fue así que terapeutas y padres de esta asociación civil fundada en 1998 decidieron buscar la forma de volver a la presencialidad.

Lo hicieron con protocolos estrictos de sanidad, además de un modelo de trabajo de dos niños por terapeuta que acuden sólo ciertos días de la semana. Además, los chicos tuvieron que aprender a usar cubrebocas y gel antibacterial, hábitos aparentemente sencillos, pero que en el autismo se vuelven complejos.

"El autismo es una condición de vida, no es una enfermedad, es una alteración neurobiológica", explica Rodríguez a propósito del Día Mundial de Concienciación del Autismo, que es hoy.

Se sabe que afecta las áreas de desarrollo como la comunicación, la socialización y la alteración sensorial, pero sus causas se desconocen. Las líneas de investigación apuntan a lo genético, ambiental y neurobiológico.

Un estudio en México realizado en 2016 muestra que uno de cada 115 niños ha sido diagnosticado con autismo en alguno de sus grados.

La detección oportuna es importante para un progreso con ayuda de terapia.

"(Sin embargo) Dejamos pasar muchas cosas, por ejemplo, el niño no presenta lenguaje, pero la abuelita dice 'no pasa nada, su papá tampoco habló hasta los 6 años'", comenta Rodríguez.

"Ese tipo de cosas afectan. Sí avanzan, y mucho, pero todos esos años que se dejan pasar sí tienen una repercusión".

El número de solicitudes de valoraciones en Arena durante 2020 fue de 428, de los que 309 entraron en la condición del espectro autista.

Las cifras son similares a otros años, sin embargo, en esas ocasiones las educadoras de guarderías o escuelas eran quienes recomendaban realizar una evaluación de autismo a los niños.

Ahora fueron los papás, quienes al estar más tiempo en casa debido al confinamiento, se dieron cuenta de ciertas señales, entre ellas, no hacer contacto visual, no escuchar o la dificultad para relacionarse con otras personas.

CAMBIO NECESARIO

De ser un centro escolarizado con grupos de ocho niños, Arena se convirtió en...

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