Eros en la mesa

AutorRubén Hernández

Amor y alimentación son dos elementos que han convergido velada, pero decisivamente, a lo largo de los siglos en la historia de las civilizaciones.

Indudablemente, una de las manifestaciones más explícitas y continuas de esta relación está de manifiesto en los afrodisiacos: alimentos, bebidas, sustancias en general e, incluso, actividades que estimulan los deseos y los placeres sexuales.

Civilizaciones como la hindú, la china y la árabe poseen registros milenarios en torno a las artes amatorias. En ellos, diversos alimentos como la miel, la berenjena, las almendras y el berro, entre muchos otros, son ponderados como eficaces estimulantes del deseo sexual.

Por su parte, culturas prehispánicas como la azteca aportaron a ese caudal informativo afrodisiacos como el tomate y el aguacate (ahuacatl en náhuatl significa literalmente testículo), que causaron auténtico furor al llegar a las cortes europeas.

Pero, a pesar de tal reconocimiento, una circunstancia mayor define la óptima eficacia en la vida erótica: la salud física y espiritual, el amor en la pareja y el sentido de novedad en el desarrollo de la relación.

Más allá de los mitos, la historia de los alimentos afrodisiacos advierte íntimas relaciones con diversos aspectos económicos, nutricionales y morales.

Es un hecho, por ejemplo, que uno de los factores que definen un buen desarrollo del organismo, incluyendo el aspecto sexual, es una alimentación sana, variada y equilibrada. Destaca, en ese sentido, como advierte Afrodisia, Una Enciclopedia de Sabiduría Erótica (Plaza & Janés, 1990), que las sociedades han manifestado a lo largo de su desarrollo múltiples carencias nutricionales.

En periodos como la Edad Media europea, las clases altas mostraron una tendencia extrema por el consumo de carnes, mientras que en los sectores más pobres prevaleció una alimentación a partir de vegetales.

Curiosamente, los alimentos que se consideraron como afrodisiacos son aquéllos que no eran consumidos frecuentemente en unas y otras mesas, y que advertían una notoria compensación alimenticia. Dicho de manera más extensiva, los afrodisiacos son un intento de equilibrio nutricional.

Está en los libros

La literatura culinaria abocada a las cuestiones eróticas es tan antigua como las reflexiones mismas de la humanidad en torno a los percances del amor. Arabes, chinos e hindúes desarrollaron manuscritos en los que, con una prolijidad tanto ilustrativa como textual, dieron cuenta de sus hallazgos corporales y de...

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