Entrevista / Gustavo de Hoyos / Anticorrupción ¿qué sigue?

AutorMiguel de la Vega

MÉXICO.- Aunque su hablar es sereno y pausado, deja ver la decepción que le produce la aprobación de una versión light del Sistema Nacional Anticorrupción. Pese a eso, mantiene la esperanza pues, como buen alpinista que es, tiene claro que se avanza paso a paso hasta llegar a la cima.

¿Queda satisfecho con lo aprobado por los Senadores?

No estamos satisfechos. Es un paso importante en la dirección correcta. Un gran logro de la sociedad civil. Pero hasta el momento los legisladores se están quedando cortos con la exigencia de los mexicanos. Un gran problema les exige un gran compromiso. Aquí nos quedaron a deber.

¿Qué faltó?

Garantizar una fiscalía anticorrupción fuerte, con dientes, con una importante presencia de la sociedad civil y no sólo con expertos. Que el sistema sea presidido por la "séptima silla" y que los formatos para las declaraciones quedaran claros y con suficiente profundidad que permitiera máxima transparencia.

¿Seguirá insistiendo en que se amplíe?

Por supuesto, seguiremos en esta lucha. Ha sido un gran logro para los empresarios y para la sociedad este avance. En agosto convocamos a un Foro Internacional contra la Corrupción en el que participará la OEA y se revisarán casos de éxito, como Guatemala. Hay mucho trabajo por delante.

¿Traicionaron los partidos a la sociedad civil?

Simplemente intentaron cumplir con la presión de la sociedad. Pero no cubrieron la expectativa.

¿Considera que todo fue una farsa?

No. Tuvimos logros muy importantes que no se pueden explicar sin la presión de la sociedad civil y de los empresarios. Difícilmente los políticos hubieran avanzado por iniciativa propia. Este importante round fue para la sociedad. Pero la pelea aún es larga y la vamos a dar.

¿A qué le tienen miedo los políticos?

Muchos están atrapados en un esquema de perversión, corrupción y desconexión.

¿"Atrapados"? Parecerían víctimas.

Atrapados voluntariamente, porque una vez que entran no pueden salir de ese círculo. La perversión está en que su ingreso al sector público no está pensado en servir, sino en servirse.

¿Y la desconexión?

Porque están encerrados en su mundo y no se dan cuenta hasta dónde llega el hartazgo social. Y, claro, si no los anima un recto propósito y están desconectados de lo que pasa en la calle, su cotidianidad es estar envueltos en actos de corrupción. Por eso a muchos no les interesa que cambie.

¿Tenemos la clase política que nos merecemos?

No, México se merece un cambio de fondo.

¿Se siente defraudado por...

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