Entregado al lenguaje

AutorDaniel de la Fuente

No le recuerden mucho a Ignacio Bosque los años de elaboración de la Nueva Gramática de la Lengua Española, en la que tuvo que coordinar el trabajo de las 22 academias de la Real Academia de la Lengua Española en el mundo.

Bosque, recientemente anunciado como el nuevo Premio Internacional Alfonso Reyes -junto a Margit Frenk es la segunda personalidad dedicada al idioma en ganarlo-, dedicó 11 años a aquella obra que repasa en 4 mil páginas las diferencias del idioma en los lugares en los que se habla. Es el gran mapa del idioma, pues.

Se siente orgulloso, desde luego, pero aquello, que concluyó en el 2009, fue titánico para este español, hoy de 62 años, que el próximo 13 de marzo centenario del natalicio de Raúl Rangel Frías, gran reyista- recibirá en Monterrey el reconocimiento que lleva el nombre del autor de Visión de Anáhuac.

"Los últimos años fueron bastantes malos", reconoce en entrevista a través de Skype. "Los primeros fueron mejores, había que estar con el ritmo adecuado, en la organización participaron todas las academias, pero articular un sistema eficaz llevó tiempo.

"Ya los últimos dos años fueron duros porque tuvimos que ajustar pasos, cerrar muchas cosas que no estaban ultimadas, en fin. Mucho estrés. Estoy satisfecho de la colaboración, pero, vamos, dormía mal, muy mal. Durante un tiempo tuve incluso que tomar pastillas... pero hay que recordar los aspectos positivos", ríe.

Discípulo de Fernando Lázaro Carreter; dedicado desde hace 40 años a la docencia y la investigación, y miembro de la RAE desde 1997, Bosque es hoy referencia mundial en lo que al español se refiere. Sin embargo, reconoce que al estudiar en la universidad pensaba dedicarse a las lenguas modernas, inglés y francés, y que tardó en darse cuenta de que la lengua materna, "la que llevaba puesta", podía ser el objeto de investigación al que dedicaría lo que lleva de vida.

Con el tiempo, le empezaron a llamar la atención los misterios del idioma, como él le llama; esos enigmas que surgen al toparse, por ejemplo, con localismos, porque en países como los de América, subraya, avanzas 100 metros y te topas con uno.

"Los misterios surgen al usar el idioma como lo usamos: de manera espontánea, inconsciente, un poco como caminamos o respiramos. El hablar se usa de manera natural, pero no se sabe explicar cuándo se usa un indicativo, un subjuntivo, o por qué va el adjetivo adelante o atrás.

"Tengo amigos escritores y les he preguntado por qué usan tal construcción u...

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