Enrique Krauze / Voz de la moderación

AutorEnrique Krauze

Celebramos este año a Mariano Otero, el meteoro del liberalismo mexicano.

Murió en 1850. De haber prevalecido su llamado a evitar el encono ideológico, México habría evitado el desgarramiento de la Guerra de Reforma y aun de la Revolución, que costaron cientos de miles de vidas.

En el umbral del 2018, sus ideas cobran una inquietante vigencia.

Nacido en Guadalajara hace 200 años, formado en la excelente tradición humanística y jurídica de Jalisco, Otero tuvo una notable labor pública entre 1842 y 1850, año en que murió.

A lo largo de esos ocho años, acaso los más aciagos de nuestra historia independiente, Otero fue muchas cosas: representante popular, Diputado constituyente, Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, Alcalde de la Ciudad de México.

Fue el principal ideólogo de nuestras garantías individuales y (junto a Manuel Crescencio Rejón) el creador del moderno juicio de amparo.

Sus aportes a la legislación federalista, a la división de Poderes y la representación popular, resultaron perdurables.

Era un orador extraordinario (fueron famosos sus discursos del 16 de septiembre), un abogado precoz de gran éxito e -inspirado en los tratamientos de reclusión de John Howard y el diseño arquitectónico panóptico de Jeremy Bentham- propuso reformar el sistema penitenciario. (Estas ideas se aplicaron en el Palacio de Lecumberri).

Su producción literaria no es menos notable. Otero escribió biografías de jaliscienses eminentes, piezas literarias y estudios lingüísticos.

Por si fuera poco, fue el primer sociólogo de México. Dos obras suyas (escritas respectivamente desde la mayor esperanza y el desconsuelo máximo) son representativas del más noble pensamiento liberal moderado de su época y de todas las épocas: "Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestión social y política que se agita en la República Mexicana" (1842) y "Consideraciones sobre la situación política y social de la República Mexicana" (1847).

En su copiosa obra epistolar, destaca su correspondencia con Melchor Ocampo, José María Luis Mora y Guillermo Prieto. Otero está en busca de un biógrafo.

Según Jesús Reyes Heroles -que lo estudió a profundidad- una de las influencias mayores fue Edmund Burke.

Partidario de la independencia americana y la autonomía irlandesa, el liberal Burke era, al mismo tiempo, un defensor de las tradiciones de su país. Las veía como el fundamento para arraigar la nacionalidad. Fue también el primer crítico de la violencia revolucionaria.

Otero, su...

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