Enrique Krauze / La hipótesis de Bernardo Reyes

AutorEnrique Krauze

¿Cuál fue el "hubiera" crucial de Porfirio Díaz? No me cabe duda: la negación de abrir paso al General Bernardo Reyes.

Según Luis González ("La Ronda de las Generaciones"), Reyes pertenecía a la segunda generación del ciclo porfiriano, la de los "Científicos" (nacida entre 1841 y 1856).

No todos sus miembros formaban parte de aquel grupo de tecnócratas encabezados por el eficaz Secretario de Hacienda José Yves Limantour, y en el cual brillaba -entre muchos otros- el jurista e historiador Justo Sierra, futuro Ministro de Instrucción Pública. Los militares de la generación, entre los que descollaba Reyes (nacido en 1849), eran sus adversarios acérrimos. Pero la misión histórica de todos cabía en una palabra: Consolidación.

No sólo se sentían responsables, sino herederos de la era de "Paz, Orden y Progreso" creada por Díaz y su generación. Pero antes de pensar siquiera en regir al País había que despejar una inmensa incógnita: ¿Cuándo, a quién y cómo dejaría el poder Porfirio Díaz? ¿Lo dejaría alguna vez?

Díaz gobernó con su propia generación hasta principio de los años 90, cuando el retiro, la edad y la muerte diezmaron a sus coetáneos y franquearon el paso a aquella segunda generación.

Tras su quinta elección consecutiva (1900-1904), Díaz visitó a Bernardo Reyes (Gobernador de Nuevo León), elogió enfáticamente su gestión (cosa rara en él) y lo trajo a la Ciudad de México para reorganizar el Ejército.

Reyes cumplió con creces su cometido. Escribe Luis González: "aumentó los salarios de la tropa, y... dotó a México de una musculatura muy presentable". Este desempeño estableció su calidad de heredero, que Reyes remachó con un gesto de lealtad: escribió una biografía de Díaz.

Por su parte, el grupo Científico perfiló a su rival Limantour. Para Porfirio era el momento de decidir. Pero, como era su costumbre, se eligió a sí mismo.

Fue un error histórico. El siglo 20 había llegado con un tropel de tensiones y conflictos que se agudizarían cada año. En los años siguientes el mundo presenciaría el ascenso del anarcosindicalismo y el socialismo, la Guerra Ruso-Japonesa (1904), la primera Revolución rusa (1905). En México, los primeros congresos revolucionarios, la conciencia creciente del agudo problema agrario, las sangrientas huelgas de Cananea (1906) y Río Blanco (1907).

Anclado en su generación y su época, Díaz no comprendía ni justificaba las nuevas corrientes; Reyes, más joven y alerta, introdujo reformas sociales en su Estado (campañas...

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