Si se encierra, sepa dónde

AutorFrancisco Cepeda

¡Ojo! Aunque por fuera se parecen, no todas son iguales.

Entre las colonias cerradas que hay en Monterrey y su área metropolitana existen diferencias que, incluso, llegan a afectar la vida y el bolsillo de sus residentes.

Puede que no lo crea, pero ciertos desarrollos establecen hasta si a sus invitados se les permite o no pedir ahí Halloween.

Ni qué decir que determinan los horarios de las fiestas y, tema delicado, las cuotas de mantenimiento.

Así que si usted anda en busca de una vivienda en una privada, antes infórmese de las obligaciones que adquirirá.

En primer lugar, estos fraccionamientos pueden clasificarse en dos grupos: Los que están bajo el régimen de condominio horizontal y los que sólo están cerrados.

En los conjuntos con régimen condominal, los residentes son dueños no sólo de su propia casa.

Lo son también de una parte proporcional de calles, pasillos, escaleras, estacionamientos comunes, áreas de jardín, salones, gimnasio, alberca y juegos infantiles, entre otras cosas, explica Fernando González Rocha.

"A esto se le conoce como derecho de propiedad del indiviso del área común", agrega el directivo del Centro de Consultoría y Capacitación Inmobiliaria (CCCI).

Al ser copropietarios de dichos espacios, los habitantes corren con los gastos de guardias, sistemas de control de acceso, jardinería, limpieza y mantenimiento de áreas comunes, bacheo y alumbrado interior de calles y pasillos.

Al ser propietarios de las áreas comunes, los condóminos pagan, de manera prorrateada, el impuesto predial de esas zonas, asegura Alberto Almaguer, director de Remax Triple A.

En las colonias cerradas que no están bajo este régimen, las áreas públicas pertenecen y son responsabilidad del municipio donde se ubican.

Comentario al margen, esto significa que, en teoría, no se debería impedir el paso a ninguna persona a las áreas municipales (plazas y calles), aunque no sea habitante de ese desarrollo. En la práctica esto no sucede.

La cuota de mantenimiento que pagan estos residentes, por lo tanto, se destina a menos conceptos.

Como ejemplo, en los fraccionamientos Bonaterra Residencial, Contry Sur, Molinos San Francisco y Riviera del Contry Residencial las cuotas van de los 600 a los mil pesos.

"Son para pagar la vigilancia de 24 horas, mantenimiento de bardas y parques y la compra de un sistema de cámaras de seguridad", dice Rodolfo Peña, director de vivienda de U-Calli.

Las estadísticas indican que vivir en una colonia cerrada en condominio...

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