Los enamorados tienen una plaza

AutorMariana Montes

Hace décadas, cuando Monterrey no sobrepasaba aún los 350 mil habitantes, una plaza en el corazón de la Ciudad, era famosa porque ahí los novios "de manita sudada" solían jurarse amor.

El nombre de este rincón regio cobijado por árboles, en Isaac Garza y Emilio Carranza, surgió de la tradición oral: Plaza de los Enamorados.

"Las primeras menciones de tal nombre es cuando Monterrey cumple 350 años, en 1946", afirma el historiador y cronista Carlos González. "Se dice que era la plaza anhelada por los jueces de Registro Civil porque las parejas que iban ahí salían muy convencidas para casarse".

Para el también investigador, la tranquilidad que existía en el lugar, sus bancas cómodas y sus árboles lo convirtieron en un área románticamente perdida en el Centro, alejada del bullicio de las avenidas Juárez y Pino Suárez, o de la transitada Zaragoza.

"Se le atribuye que iban muchas parejas a usar las banquitas para jurarse amor eterno, como dicen las canciones", indica el cronista. "Era donde se sentaba la gente para conocerse más y formalizar un compromiso".

Luis Martín, teatrista y conocedor de la historia regia, vivía de niño a tres cuadras de distancia de la plaza.

"Eran los años 40 y ya la llamaban Plaza de los Enamorados. A mí me llevaban de 4 o 5 años. Llena de árboles, una plaza muy familiar por estar rodeada de hogares. En aquel tiempo había columpios...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR