La música y sus emociones

AutorJaime Hinojosa Vega

Cuántas veces nos encontramos deprimidos y al escuchar cierto tipo de música, nuestro estado anímico cambia como por arte de magia y se torna optimista. ¿Qué contiene la composición musical y qué mecanismo sucede en nuestra mente que provoca este cambio?

Cuando escuchamos una melodía, juega un papel importante la activación de las neuronas y varias partes de nuestro cerebro debido a la liberación de la dopamina, un neurotransmisor, y esto hace que sintamos un estremecimiento, cambien la frecuencia cardiaca, la respiración y la temperatura corporal.

Las melodías también tienen efectos colaterales, como el evocar hechos o traer recuerdos que tienen que ver con lo que se está escuchando. La cantidad de neurotransmisor liberado tiene relación directa con el contenido emocional.

Ahora bien, esas notas que llegan a nuestros oídos son producidas de tal forma por el autor, que deben cumplir el propósito de crear emociones, con la característica de que la música es un arte en movimiento y a la vez entendible por todas las personas, superando las fronteras entre los pueblos y las barreras culturales. Por eso es que podemos escuchar composiciones de autores de varias nacionalidades y épocas y somos capaces de poderlas apreciar en la misma dimensión en que fueron creadas.

De lo anterior, podemos dar claro ejemplo en la música del Cuarto Movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven ("Oda a la Alegría"), que es un tema que, decía el maestro Héctor Berlioz, se le reconoce a lo largo de todo el movimiento, pero cambia de aspecto a cada instante presentando un matiz nuevo en la expresión de un sentimiento único, el de la alegría. Al principio acompañada de paz y dulzura para terminar con viva emoción y bríos.

Hay un pasaje del libro La Pequeña Crónica de Ana Magdalena Bach, que muestra la escena en la que el gran maestro Johann Sebastian Bach está componiendo una página de la obra "La Pasión según San Mateo". Cuando Ana Magdalena, su esposa, entró inesperadamente al recinto mientras él estaba escribiendo la música del arioso "Oh Gólgota", se conmovió al extremo cuando vio su rostro, en general sereno, pero en ese momento cubierto de lágrimas. Bach estaba creando una música que intensificaba aquellos momentos de dolor, que él mismo sentía. Ana Magdalena se retiró silenciosamente y se sentó en la escalera a llorar también.

LA INSPIRACIÓN

¿De qué se valen los músicos para lograr estos efectos tan diversos? Aunque mucho tiene qué ver la magia que estos...

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