Contrapuntos/ Elección de regidores
| Autor | Luis Francisco González Parás y Jesús Ibarra Salaz |
Luis Francisco González Parás
Proponer un nuevo método de selección de los regidores en el que sean verdaderamente electos por el pueblo, no como fórmula con el Alcalde, sino de manera individual.
EL AUTOR es miembro del Bufete Santos-Elizondo-Cantú-Rivera-García-González-De la Garza S.C.
El hogar es para la familia, lo que el municipio es para el ciudadano. La autoridad más cercana al pueblo, sin lugar a dudas, es el Alcalde.
Por disposición constitucional los municipios de nuestro Estado son administrados por los ayuntamientos, quienes a su vez se conforman por regidores, síndicos y el presidente municipal. El Ayuntamiento es un cuerpo colegiado que aprueba decisiones trascendentes del municipio al que pertenece.
Entre algunas de las decisiones colegiadas que toma el Ayuntamiento por mayoría de votos de sus integrantes, podemos encontrar la expedición de reglamentos y circulares de policía y buen gobierno; formulación de planes de zonificación y desarrollo urbano; la prestación de servicios públicos de limpia, alumbrado, mercados, pavimentaciones, parque y jardines, seguridad pública, tránsito y policía etc.
El ejercicio democrático más cercano al ciudadano que se repite cada tres años, se presenta en la elección del Alcalde de su pueblo.
Al elegir al Presidente Municipal por voto directo, el gobernado también elige en forma automática (ya que no tiene opción), a un grupo de ciudadanos que, en planilla propuesta por los partidos políticos contendientes, presenta una fórmula que va de la mano con el candidato a Alcalde.
Aunque nuestra Constitución Política del Estado establece que los integrantes del Ayuntamiento son electos por decisión popular "directa", en la práctica lo que sucede es que éstos se eligen en planillas normalmente formadas por "un grupo de amigos" del candidato a Alcalde y del partido político que lo postula.
Voces disidentes de ciudadanos inconformes se han levantado por doquier para exigir y reclamar una verdadera elección directa de los miembros integrantes del Ayuntamiento.
En infinidad de ocasiones, el pueblo ha sufrido las torcidas decisiones de ayuntamientos que en lugar de representar los intereses de la comunidad, responden como súbditos a los deseos turbios del Alcalde o el partido político que los llevó a su planilla. Desgraciadamente, los funcionarios no sienten deberle lealtad al ciudadano que los eligió, sino a su patrón o amigo que los convidó al festín.
Muchos ejemplos refuerzan ese sentimiento de traición...
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