Eduardo Caccia / Tráfico de influencias

AutorEduardo Caccia

El mundo contemporáneo ha reinventado una posición social presente entre los humanos de todos los tiempos: el influencer (la palabra influenciador no existe para la RAE), aquel que, a través de su plataforma en redes sociales, tiene poder sobre la opinión y las decisiones de los demás en determinados aspectos de la vida, muy particularmente en relación al consumo.

Los influencers (parece que es condición usar el odioso anglicismo pues su equivalente en castellano, el influyente, evoca al político que habitó la Tierra antes de que la llamada Cuarta Transformación extinguiera la corrupción y las asignaciones directas -bueno, éstas no tanto- sobre la faz de la patria) son el canal contemporáneo que usan las marcas para vender, pero antes han de generar el deseo y eso es lo que hacen los influencers.

La película "The Joneses" (2009) retrata una familia de cuatro integrantes que se mudan a una colonia de alto poder adquisitivo. No les basta con ser físicamente atractivos, además, todos poseen objetos de última moda o generación que sus respectivas amistades admiran, desean y eventualmente compran.

Bajo el aura de perfección se esconde otra realidad, estamos ante un engaño mercadológico pues la familia feliz no es tal, se trata de actores contratados por una compañía de mercadeo para influir en su círculo social y generar ventas de determinados artículos. Lo hacen de una forma sutil y planeada.

Si en su desempeño van abajo del presupuesto, una fiesta en su casa les sirve para mover los indicadores. Cuando alguien elogia los canapés, la anfitriona tiene a la mano la caja con la marca que los vende listos para abrir y servir, mientras papá demuestra a sus amigos la sofisticada pantalla de televisión y el equipo de sonido. Lo propio hacen los hijos.

Al salir de aquella fiesta, los invitados se llevarán más que agradables recuerdos de la hospitalidad de los Jones, llevarán un deseo sembrado en sus cerebros, serán personas incompletas esperando la oportunidad de llenar sus nuevas carencias en cuanto tengan la posibilidad de comprar aquello que (supuestamente) les hará felices.

Esto es lo que hacen los influencers, exhiben objetos y estilos de vida para generar deseo. Es oportuno recordar "La revolución de las expectativas"...

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