Eduardo Caccia / Shangri-La mexicano

AutorEduardo Caccia

Hice un viaje de tres bandas, cada una de ellas confirma el potencial turístico espectacular que tiene México, sus fortalezas y evidentes carencias o "áreas de oportunidad" (insuperable expresión del optimismo), tres bordes que se complementan y contrastan: realismo mágico, surrealismo y realidad. Otros le llaman simplemente huasteca potosina.

Recorrí cascadas, ríos y lagunas donde los colores están más cerca de la escenografía que de la expectativa de viajar por México.

Por una semana olvidé la imagen que el mundo ha construido de nosotros (gracias a nosotros), se me borró el país sucio en corrupción y en narcotráfico, la nación que ha depredado sus recursos naturales, el sitio donde la gente tiene tan poca educación cívica que la basura cohabita con el esplendor natural (como en el cañón del sumidero, en Chiapas).

En vez de todo eso emergió un país de aguas transparentes, tan azules que el Caribe se pondría celoso, interminables cascadas y pozas de poder hipnótico, cerros en distinto verde, tantos como para hacer un catálogo obsesivo de tonalidades, cañones altísimos en cuyos fondos corre un rumor fluido que en momentos se acelera y forma nubes blancas al estrellarse con las rocas y en momentos se queda quieto, obedeciendo a una horizontalidad que no se ve, pero se adivina.

La Media Luna, Micos, Santa María Tampaón, Puente de Dios, Tamul, El Meco, Tamasopo, Sótano de las Golondrinas, Minas Viejas, son algunos nombres de los sitios que forman el realismo mágico mexicano donde fue extraordinario ver que no había basura en bosques, selvas ni en sus aguas.

Hubo un incidente menor, notable para mí, donde sobre las aguas transparentes de Minas Viejas flotaba un envase de refresco y una lata de aluminio. No estaban a la mano y para alcanzarlas había que caminar por un fondo empedrado y muy resbaloso. Uno de mis hijos que nadaba en la enorme poza se dio cuenta de la basura, fue por ella y la sacó. Una muy pequeña acción de gran significado. Mientras existan mexicanos dispuestos a hacer lo correcto, este país tendrá esperanza.

Cargo en la cabeza una frase que años atrás levanté: ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? Brinqué al agua desde miserables 5 metros, pero en términos reales, un logro, e hicimos rafting en familia, gran...

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