Eduardo Caccia / Réquiem para un innovador

AutorEduardo Caccia

En las páginas de este diario me enteré de la salida del mercado mexicano de la cadena de cines Cinemark, que como bien apunta la nota, desde Monterrey, su cuna mexicana, deja un legado de innovaciones en la industria. El caso amerita varias lecturas.

Hablar de innovación es como hablar de pan caliente, todo mundo quiere, todos compran boleto. Pero de conceptualizar a realizar hay un enorme trecho y esto es uno de los grandes logros que hay que agradecerle a Cinemark. Cambiar los estándares de una industria no es fácil cuando uno se enfrenta a poderosos enemigos. El primer rival de este grupo fueron los usos y costumbres del mercado mexicano.

Ante una propuesta de mayor valor, era justo que también hubiera un precio más alto. El mercado valoró bien una función sin interrupciones, que las salas estuvieran limpias, que los asientos fueran más amplios, que las butacas fueran escalonadas. La competencia adoptó estas prácticas y ahora los jóvenes dan por sentado que los cines siempre han sido así.

Producto de ventajas tecnológicas, Cinemark necesitaba menos personal para operar una sala, un gran beneficio para la productividad. Surge entonces otro enemigo, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica (STIC), que se vio amenazado por las innovaciones de la empresa. El STIC exigía dos operadores por sala y otras prestaciones (seguramente por arriba de la ley). Para vivir de los trabajadores, nada mejor que ofrecerles chamba. Como al sindicato le importaba muy poco la productividad, se erigió como un terco defensor de puestos y a través de plantones empezó a obstaculizar el desempeño de la empresa.

Lo del cine no es único. Recuerdo cuando varios editorialistas de Grupo REFORMA salieron a las calles a vender el periódico ante la oposición de un sindicato obtuso. Sin duda un gobernante con visión de Estado, que piensa en la siguiente generación y no en la siguiente elección, se hubiera opuesto a la visión retrógrada del STIC, pues sabe que hay que sembrar empresarios para cosechar empleos.

El caso Cinemark me deja otra lectura. Al no interrumpir la función, provocó un flujo sin obstáculos, un movimiento continuo y suave. Visualicemos que un negocio o una institución sin fines de lucro provee un proceso a un cliente, público, como quieran llamarle. En la...

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