Eduardo Caccia / ¡Feliz!, feliz... ¿Feliz?

AutorEduardo Caccia

El Presidente López Obrador interpretó un estudio del Inegi sobre "Bienestar autorreportado" diciendo que la gente en México es "feliz, feliz, feliz"; especulo que, si no tuviéramos uno de los países más inseguros y violentos del mundo, donde la impunidad es abrumadora y el Estado de derecho es una expresión de 15 letras, los mexicanos viviríamos en el éxtasis total.

A fin de cuentas, ¿en qué consiste la felicidad?

En "La Guía de un Monje para la Felicidad", Thubten identifica tres componentes esenciales: un sentido de plenitud en el que no sentimos la falta de algo, ya que no nos falta nada, ni material ni inmaterial. Un sentimiento fuerte de vivir el presente donde no dejamos que el pasado con sus recuerdos dolorosos, ni el futuro con su tremenda ansiedad, nos afecten.

Como resultado de los dos anteriores, surge el tercero: un sentimiento de libertad, nada nos ata a las condiciones de infelicidad.

El planteamiento es simple, también revelador, si uno de los fuertes promotores de infelicidad es el sentimiento de que nos falta algo, considero que la sociedad vive en un contexto que entrena a la gente a ser infeliz.

La sociedad contemporánea experimenta más deseos que sus generaciones anteriores, deseos cumplidos, pero sobre todo incumplidos. A diferencia de hace unos años, el número de objetos ofertados en casi cualquier categoría es abrumadoramente mayor.

En mi niñez había dos opciones para comprar leche, hoy recorrer ese pasillo en un autoservicio implica paciencia para entender decenas de alternativas, algunas familias compran varios tipos de leche. Los espacios para almacenar víveres en las cocinas de antaño hoy son insuficientes para familias de incluso menos integrantes.

Con la ropa pasa algo similar, la gente tiende a poseer más ropa que sus antepasados, hemos pasado de armarios a clósets, a clóset con vestidor integrado. La moda cambia aunque las prendas aún sirvan, su mensaje es "te falta lo nuevo".

Los impulsos comerciales a los que está expuesta la sociedad líquida en nada se parecen a las precarias alternativas del pasado. Vivimos bombardeados con mensajes en los que se nos recuerda que estamos incompletos.

Uno de los retos más complejos está siendo nuestro aprendizaje ante el tsunami de información que representan las redes sociales, pues de alguna forma la tecnología...

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