Duermen con el arte

AutorEL NORTE / STAFF

NUEVA YORK. Cien asistentes pasaron toda la noche en el Museo Rubin. Durante un tiempo, cada uno admiró una pieza artística del Himalaya.

La velada incluyó cantos, sesión de yoga, meditaciones y cuentos que se susurraron al oído. Las luces se apagaron y todos durmieron frente a "su" obra.

A la mañana siguiente, los participantes se despertaron con uno de los 50 voluntarios que ayudan a organizar la velada tendidos a su lado, armados con pluma y libreta, dispuestos a apuntar los detalles de los sueños que se tuvieron.

"Es como una cita a ciegas con una obra de arte", explicó Dawn Eshelman, jefa de programa del Rubin Museum de Nueva York, donde se exponen cientos de obras himalayas y de regiones cercanas, como Nepal, Bután, India y Pakistán.

Las 100 entradas (140 dólares por persona) se agotaron en menos de un cuarto de hora, reportó Los Angeles Times.

"El visitante típico de un museo se da un breve paseo y pasa un promedio de 10 o 20 segundos frente a una obra de arte", dijo Eshelman.

En la ciudad que nunca duerme, donde museos, galerías, teatros y otros espacios ofrecen un gran abanico de entretenimiento cultural, los neoyorquinos tienen ahora la oportunidad de detenerse a admirar y analizar una sola obra de arte... ¡durante buena parte de la noche!

El Museo Rubin realiza esta inusual práctica una noche al año con una selección de su colección de arte himalaya y budista tibetano.

"Las imágenes son muy detalladas y están muy codificadas, así que hay mucho simbolismo que desentrañar", explicó la encargada del...

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