Dos enormes... fiascos

AutorLuis Carrillo

La odisea de Francisco Palencia en el Espanyol hacía vislumbrar momentos de regocijo para el mexicano en tierras europeas.

La ambición, garra y olfato de gol que mostró en el exitoso camino de Cruz Azul en la Copa Libertadores del 2001 eran el sello de garantía de que Palencia triunfaría en una Liga donde el virtuosismo se mezcla con la marca y la dureza.

Pero algo pasó con él. Su estrella se menguó ante la poca confianza que le tuvo su entrenador, Paco Flores, quien lo alineó a cuentagotas y en sus breves intervenciones el delantero no pudo mostrarse.

A pesar de que anotó goles importantes -cinco en toda la temporada, en la que jugó 25 partidos- la suplencia y la falta de dinero para adquirir su carta hicieron que Palencia saliera por la puerta trasera de España.

En el 2000 Cuauhtémoc Blanco reflejó un caso particular al emigrar al balompié ibérico, tras ser el hombre de peso en el América.

Partió al Valladolid en medio de una gran expectativa...

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