Un dolor en silencio

AutorFernanda Ramón Garza

La llegada de un bebé al hogar está acompañada de alegría e ilusión.

Antes del nacimiento, los padres se emocionan al decidir su nombre, imaginan su rostro y fantasean con todo lo que vivirán juntos.

Por eso, dar a luz a un bebé sin vida o despedirse de él a días de haberlo conocido, es un episodio doloroso y estresante que, en muchas ocasiones, puede convertirse en una pena que se vive en silencio y soledad.

En México, un promedio de 7.8 de cada mil recién nacidos muere durante su primer mes de vida, y a pesar de las cifras aún altas, se trata de un duelo poco reconocido por la sociedad, y poco atendido adecuadamente.

¿QUÉ ES?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la muerte perinatal comprende el periodo del embarazo a partir de la semana 22, hasta los siete días posteriores al nacimiento.

"El duelo perinatal es un tipo muy especial de duelo", dice Fernando Balleza, psiquiatra especialista en el tema.

"Lo que más enfrentan las madres es la soledad. La mayoría de la gente cuando fallece otro familiar cuida y apoya, pero no lo hace cuando fallece un bebé. Incluso, muchos no consideran que es un duelo o que falleció alguien, porque no había nacido, porque estaba muy chico o porque no lo conocieron".

Al no haber conocido a su bebé, los padres se ven imposibilitados a vincularse con él y crear recuerdos e historias en común que puedan añorar después, menciona el psiquiatra.

Lo anterior dificulta el duelo normal y lo convierte en un duelo conceptual de las expectativas y de lo que pudo ser.

"No es sólo un duelo al hijo, sino también a las expectativas, al fuuro que se perdió con ese hijo. Se pierden muchas cosas, incluso la identidad como mamá", dice el también tanatólogo.

No importa cuanto tiempo haya durado el embarazo, eso no se relaciona con la profundidad del dolor experimentado, sino con la construcción mental de cada quien.

El proceso de duelo es muy variable, y es totalmente personal entre la madre y el padre, comparte el especialista.

Aunque la madre es quien lo tuvo en su vientre y lo perdió, el padre también pierde a su hijo.

"Para algunos papás puede ser incluso más difícil sobrellevarlo que para la mamá".

En este escenario, el dolor del padre puede ser minimizado o invisibilizado, ya que existe mucha más contención entre mujeres.

"Generalmente, a los hombres se les aísla más, o se espera que no tengan algún tipo de reacción, aunque puede haber secuelas a largo plazo. Quizá no como esperamos. Tal vez un hombre no va a...

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