Son los divorcios cada vez más rudos

AutorMaría Luisa Medellín y Aideé Molina

Ante el juez, Alejandro, menor de edad, acusó a su papá de haberlo inducido a ver con él películas pornográficas. El hombre lo negó tajante, pero la madre lo confirmó.

Finalmente se comprobó que la denuncia había sido falsa, una "estrategia" de la esposa para intentar ponerle punto final a un largo y agobiante divorcio necesario.

A falta de un acuerdo de la pareja para redactar un convenio y llegar al divorcio voluntario, donde estipularían la manera en que se liquidarían los bienes de la sociedad conyugal, cómo se solventarían los alimentos, quién se quedaría con la custodia y los detalles para la convivencia de quien no la conservaría, el juicio se volvió rudo en exceso.

Por desgracia, dice la terapeuta Martha Sáenz, el divorcio se puede volver un juego de poder o un espacio para sanar carencias emocionales.

"Es importante recurrir a una terapia psicológica para enfrentarlo con buenos sentimientos, recordando que así se inició el matrimonio".

Es increíble cómo la pareja pasa del amor al odio, continúa la especialista, eso es porque proyecta sus insatisfacciones en el otro, y al conocerlo a fondo, sabe cómo dañarlo profundamente.

Se ha vuelto frecuente que alguna de las partes presione el divorcio interponiendo un recurso penal con argumentos falsos, señala el abogado Héctor Ruiz Osorio, socio del despacho Ruiz Falce Asociados.

Los acusadores se sostienen para hacerlo de las reformas a los artículos 201 Bis y 287 Bis 1 del Código Penal para el Estado de Nuevo León, realizadas en el 2004.

En el 201 Bis, que se agregó a esta normativa, se establece, entre otros, que comete delito de pornografía infantil la persona que induzca a un menor a realizar u observar exhibicionismo corporal o actividades lascivas sexuales.

Como estos delitos son difíciles de probar, los hijos son manipulados para acusar formalmente a uno de sus padres, como sucedió en el caso de Alejandro, dice el también catedrático de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.

"Se aprovecha la figura de violencia, añadiendo delitos más agresivos, como corrupción de menores".

En menos de dos años, dice, él ha trabajado con tres casos en donde sus defendidos fueron denunciados penalmente por su cónyuge, alegando estas causales cuando no existían y poniéndolos en posibilidad de ir a la cárcel mientras se resolvía el caso.

"A lo mejor las mamás les venden la idea a los hijos de que si no hacen eso (inventar un delito) 'a lo mejor te voy a sacar de la escuela' o va a pasar esto o lo...

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