Diván Especial/ Cuando el deseo se esfuma

AutorJosefina Leroux

En los últimos años se ha desarrollado el negocio del sexo que se dedica a inventar y elaborar todo aquello que aumente el erotismo.

El éxtasis, la intensidad, el clímax y el orgasmo que tanto preocupan, se han convertido en el blanco de atención de incontables industriales y comerciantes.

Finalmente se vende la idea sobre la relación que existe entre el placer con algo que se toma, inyecta, se usa, se pone o se unta.

Y la gente se lo cree y compra y consume cientos de productos para aumentar su placer, colaborando con su ingenuidad y su necesidad, a crear fortunas millonarias de industriales y comerciantes del sexo.

Parece que no se da cuenta que por sí misma puede experimentar una vida sexual intensa y satisfactoria, en vez de eso, el poder lo concede a embrujos o substancias milagrosas.

La especie humana tiene tan poca credulidad en sí misma que recurre a una y 100 cosas para incrementar sus sensaciones, siendo la salud y no tanto artificio el punto de partida.

Así, sin darse cuenta la gente, también deteriora constantemente su poder y placer sexual con su estilo de vida, con lo que consume.

El tabaco, el alcohol, los fármacos y el exceso de estrés son frecuentes enemigos de la sexualidad plena de las personas.

Después de humo tras humo

Probablemente los nuevos fumadores saben que el tabaquismo mata 8 mil personas a diario en todo el mundo, pero muchas más sufren tos, flemas, enfisema pulmonar o cáncer que obligan a usar sondas para respirar antes de morir.

Pero quizás ignoren que un fumador también perjudica su sexualidad. Empezando por lo menos importante pero que afecta negativamente una relación de pareja.

¿Qué tal el aliento apestoso de los fumadores?; las manchas de sus dientes y sus dedos llegan a afear a la persona al grado de disminuir su atractivo y hacer desagradable su cercanía.

No es todo. El monóxido de carbono, la nicotina, el plomo radiactivo y cadmio en el humo disminuyen la sensibilidad erógena de las terminaciones nerviosas, lo que significa que se siente menos por la piel y membranas.

Además, la nicotina causa espasmos en las arterias de las gónadas (testículos y ovarios), hecho que reduce la producción de hormonas creando una castración química transitoria. El tamaño y la función de testículos y ovarios se deterioran por el habito del cigarro.

El tabaquismo endurece las arterias dificultando la irrigación sanguínea de las arterias del pene, indispensable para una buena erección.

¿Y las horas felices?

Una copa o dos...

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