DIVÁN

AutorJosefina Leroux

Sale del clóset a los 40 años

  1. Hola, Lic. Leroux: Tengo 40 años. Durante la pandemia sentí la necesidad de confesarle a mi familia que soy gay. Mi madre y hermanas me dijeron que me aceptan porque me quieren, pero que les preocupa que yo sufra.

    Yo ya no podía seguir callando. Es una condición de vida que no pedí y no por eso soy una mala persona. No quiero sentir que me quiero morir, sólo por haberlo dicho. Ando todo el día angustiado y medio depre.

    Cuando ellas están conmigo están normal, pero sé que están preocupadas y a ratos no me perdono haberles dicho. Ellas quieren lo mejor para mí.

    ¿Será cuestión de tiempo para sentirme mejor? ¿Se alejará de mi ese sentir de que ya nada vale la pena por el solo hecho de haberlo dicho? Yo no quería hacerles daño, vivo para cuidarlas, pero ya no podía con el secreto. Sólo he tenido una pareja, pero la veo ocasionalmente.

  2. ¿Y tú crees que si hubieras guardado el secreto hasta la tumba, ellas hubieran sido felices? Probablemente intuían tu homosexualidad y agradecen la confianza.

    Les preocupa que tú sufras. Quizá se refieran a tu forma de mortificarte. Parece que tiendes a culparte y sufrir por lo que piensas. Deben saberlo.

    Si quieres ver felices a tu madre y hermanas, sé feliz tú. El tiempo no cura nada, es lo que haces lo que mejora tu sentir.

    Pueden estar preocupadas porque vives para cuidarlas y no has tenido una vida para ti.

    Las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR