Se disparan este mes anorexia y bulimia

AutorJessica Castañeda

Pavo, pierna, pasta, bacalao, tamales, buñuelos, pasteles, ponche, chocolates, galletas: sólo algunas de las razones por las que los días de diciembre son una pesadilla para quienes padecen un trastorno alimentario.

"Es el peor mes del año, es un mes de mucha comida", expone Araceli Aizpuru, doctora en Psicología y especialista en trastornos de la alimentación, "vivimos en una sociedad donde estamos acostumbrados a festejar con mucha comida".

Lo normal durante las fiestas decembrinas es comer de forma abundante. Para una persona que no tiene problemas con la comida es tolerable sobrecomer en la cena de Navidad o el día de Año Nuevo sin mayores implicaciones, pero para las personas enfermas, todo se complica, dice Aizpuru.

"Navidad es mucho más fuerte porque existe una culpabilidad", comenta Marisa Fernández, fundadora de la organización Comenzar de Nuevo, que informa y da tratamiento a personas con trastornos de la conducta alimentaria.

"Una persona sana siente una culpabilidad instantánea que después se olvida, pero quien tiene un desorden transforma su culpabilidad en una obsesión y ésta en una serie de cambios y conductas no sanas como deshacerse de la comida, vomitar, hacer ejercicio en exceso, estar agresivo, esconderse o no dormir", expresa Fernández, quien fundó Comenzar de Nuevo hace cuatro años.

En ese universo de la semana, considera Aizpuru, el peor día para quien padece un trastorno en su alimentación, es el domingo.

"Es el día que enfrentan muchos vacíos, son personas que tienen dificultad para encontrar actividades de tiempo libre, entonces el domingo está descrito como el día de la pesadilla y diciembre el peor mes", describe la terapeuta egresada de la Escuela de Salud Mental Comunitaria del Instituto Tavistock de Londres.

"Cuando un paciente está en recuperación su primer diciembre es difícil imaginarlo sin un atracón, sin vomitar 15 veces o sin estar viendo como todo mundo disfruta y come y la anoréxica se come dos pepinos", señala Aizpuru.

Es duro lidiar con este mes sobre todo en una sociedad en la que la costumbre es demostrar el afecto y el cariño con comida, premiar con una paleta, un helado o castigar prohibiendo un postre.

Y en enero crece la atención

La presión social de demostrar afecto con la comida, y en sí el propio exceso alimenticio de la época, hacen que no sea diciembre el mes en el que aparece el boom de consultas para tratar el desorden alimenticio, sino enero y febrero.

"Hemos tenido tres o cuatro casos...

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