Diabetes: No hay fruta prohibida

AutorErika Salazar

Para que el organismo no se descarrile, los que padecen diabetes deben modificar su programa de alimentación y aprender a cocinar rico.

Aunque generalmente se les recomienda reducir su ingesta diaria de carbohidratos, calorías y sodio, esto no significa que su comida carecerá de sabor, porque se pueden obtener verdaderas delicias para su dieta.

"Un paciente con diabetes no necesariamente tiene que morirse de hambre o dejar de comer, simplemente debe modificar las cantidades de lo que va a consumir y su estilo de vida", señala Leticia Hernández Arizpe, nutrióloga y presidente médico de la Asociación Mexicana de Diabetes en Nuevo León.

"Una persona normal debe comer de todos los grupos de alimentos, y en el caso del paciente con diabetes es lo mismo, pero va a disminuir los alimentos que contengan una mayor cantidad de azúcar y aumentar los que tienen una menor, como las verduras".

Hernández Arizpe menciona que existen tres diferentes fuentes naturales para obtener la glucosa.

"La primera fuente son los azúcares: la fructuosa, que es el azúcar de las frutas; la lactosa, que es el azúcar de los lácteos; y el de los cereales y leguminosas.

La segunda forma de obtenerla es mediante la proteína, porque gracias a un proceso metabólico, una tercera parte de la carne que se ingiere se convierte en glucosa; y, por último, vienen las grasas, que también se convierten en glucosa, pero más tardíamente".

El régimen para reducir los trastornos de la diabetes, agrega, puede ser de 1 mil 200, 1 mil 500, 1 mil 800 y hasta 2 mil 200 calorías al día, dependiendo del ritmo de vida del paciente.

Un nutriólogo determina la dieta más adecuada según el tipo de diabetes que se tenga, la actividad física que se realice y hasta el lugar en donde se desarrollan las actividades cotidianas, dice.

Un cambio de vida

Descubrir que alguien de la casa padece diabetes no significa que todos los demás miembros de la familia tengan que modificar su menú.

"El paciente puede seguir el régimen de la comida que normalmente se hace en su casa; por ejemplo, el desayuno normal, que era un tazón de cereal con leche, ahora, en lugar de comer todo el tazón completo de cereal, hay que reducirlo a una o media taza; también hay que cuidar que la leche sea descremada y que los jugos sean naturales, no néctares", explica.

La comida norteña normalmente es un guisado acompañado de arroz, tortillas y frijoles; en este caso, aconseja cambiar los tiempos.

"Las verduras, preferentemente crudas, hay que comerlas antes de iniciar la comida; después vienen el arroz, los frijoles y las tortillas, pero en una cantidad menor a la que antes acostumbraba", añade.

Otro hábito que hay que modificar son los postres, pues muchos no...

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