Un día... cien años después

AutorEduardo Zambrano

Es de mi opinión que Tablada componía sus haikús siguiendo el modelo del haikú japonés, porque sentía que su estilo corto le permitía unirse con el momento vivido y experimentarlo.

...

...su conversación con el sauce era propiamente un "poema vivido".

(Seiko Ota)

El haiku, ese pequeño poema de origen japonés que contacta la naturaleza con el asombro, fue introducido en México y en el mundo de habla hispana por José Juan Tablada, en 1919, con la publicación de su libro: Un día / poemas sintéticos (Editorial Bolívar en Caracas Venezuela).

La obra da cuenta, precisamente, de sucesos del devenir cotidiano en la naturaleza de la mañana, la tarde, el crepúsculo y la noche. Son 37 textos en total y la temática gira en torno a pequeños animales y plantas. A diferencia del formato original, estos poemas llevan título y no tienen el rigor de la métrica de 5-7-5, pero se mantiene ese estado de gracia y sorpresa (incluso de inocencia) que requiere todo buen haiku:

Hojas secas

El jardín está lleno de hojas secas; nunca vi tantas hojas en sus árboles verdes, en primavera.

[La tarde]

Una referencia obligada para entender cómo el poeta mexicano logra esa conexión con la sensibilidad japonesa, es el libro de Seiko Ota José Juan Tablada: su haikú y su japonesismo (FCE, 2014).

El ejemplar está muy bien documentado, aborda analíticamente no sólo este poemario, sino los antecedentes del mismo y también El jarrón de flores, que es la otra colección de haikus que Tablada publicara luego, en 1922.

La cita con la cual abro este apunte no es gratuita, ya que en ese "poema vivido" dentro de la naturaleza está la esencia de todo haiku y permite, como lo apunta Octavio Paz, "descubrir la vieja puerta condenada durante siglos; la puerta que nos abre la comunicación con el instante".

En efecto, volver a leer Un día, es entrar de alguna forma, a esa plenitud de un momento que el escritor ha encontrado de súbito... y lo comparte no sin asombro con el lector:

El saúz

Tierno saúz

casi oro, casi ámbar,

casi luz...

Otro punto a destacar es la íntima relación entre el haiku de Tablada y la pintura, de facto en este libro cada texto va acompañado de un dibujo hecho por el mismo poeta. Alguna vez leí referirse a esta propuesta como "Poesía visual", lo cual es un plus para el momento de leer y contemplar.

En lo personal, me considero un viajero frecuente en el mundo del haiku, no un estudioso del mismo, por eso mis comentarios de lo que ha pasado cien años después es relativo a...

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