Desconfía ciudad de nuevos migrantes

AutorKirk Johnson

TWIN FALLS, Idaho.- Durante las últimas tres décadas, esta pequeña ciudad políticamente conservadora en el oeste de Estados Unidos en general ha acogido a refugiados de alrededor del mundo desplazados por la guerra, la opresión y el terrorismo. Un centro de refugiados sin fines de lucro, operado por el Colegio del Sur de Idaho con fondos federales y donativos caritativos, atrajo a oleadas de familias.

Llegaron del sureste de Asia después de la Guerra de Vietnam, de Europa Oriental tras la implosión de la Unión Soviética, de Bosnia mientras la limpia étnica sacudía los Balcanes, y de África para escapar del genocidio y la guerra civil.

Pero los habitantes de Idaho afirman que esos refugiados, por diferentes que hayan sido su cultura e idioma, también compartían algo poderoso con las recias familias agrícolas que han afianzado este rincón del oeste del País desde los primeros pioneros mormones en el siglo 19: estaban del lado de EU, por haber luchado contra el comunismo, o como aliados de las tropas estadounidenses, o en lugares amigables con EU.

Esta vez, dijo la gente en este lugar, se siente diferente.

En un eco del intenso debate que acapara la atención de Europa sobre la suerte de los millones de sirios echados de su país por la guerra civil, Twin Falls enfrenta la pregunta de si es sensato y seguro acoger a una siguiente generación de refugiados de Medio Oriente.

El anuncio el mes pasado de la Administración Obama de que miles de sirios más serían aceptados en el sistema a nivel nacional movió a la acción a los oponentes del Centro de Refugiados del Colegio del Sur de Idaho.

"Hay mucha preocupación sobre el islam radical", expresó Richard L. Martin Jr., líder de una campaña de peticiones, quien se graduó de la preparatoria en Twin Falls a mediados de los 80. En ese entonces, dijo, la Ciudad aún aceptaba a refugiados de lugares como Laos, entre ellos un muchacho que se convirtió en uno de sus mejores amigos. "Ahora es algo diferente", dijo Martin.

El 22 de septiembre, unas 700 personas asistieron a un foro con funcionarios escolares y de seguridad pública locales y un representante del Departamento de Estado.

Algunas de las preguntas eran fáciles de contestar, como si a los refugiados se les dificultaba conseguir empleos en Twin Falls. La respuesta fue un enfático "no".

Otras preguntas eran más incisivas: "¿pueden ofrecer garantías sobre nuestra seguridad?", dijo el moderador del panel, Matt Christensen, quien leyó preguntas presentadas...

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