Donde descansa el tigre

AutorPatricia Miranda

Justo al sur de Singapur está la que para muchos pequeños y grandes viajeros puede ser considerada como una isla de la fantasía: Sentosa Island.

Atributos no le faltarían para que llevara ese sobrenombre: resorts de lujo, restaurantes gourmet, spas, un oceanario, playas artificiales, colosal casino, exclusivas boutiques, un mariposario con todo e insectario, y hasta el parque temático muy a la occidental Universal Studios Singapore, entre otros atractivos.

Pareciera que todo lo que puede hacerse con bastante dinero está construido en algún rincón de los 5 kilómetros cuadrados que conforman este complejo dedicado al ocio, el entretenimiento y la relajación.

Sentosa, en malayo, significa paz y tranquilidad, y los singapurenses la consideran como un lugar de descanso que permite tomar distancia del frenético ritmo de Singapur.

Porque más allá de los rascacielos que de noche se visten de neón, de íconos como la Singapore Flyer (la enorme noria desde donde se tienen fantásticas vistas), o de la codiciadísima alberca de borde infinito, que parece una nave espacial que recién ha aterrizado sobre las tres torres del Marina Bay Sands, el viajero debe darse una vuelta por donde van a pasear los habitantes de Singapur, que es al mismo tiempo una isla, ciudad y país del Sudeste Asiático.

Para sentir que sale o que pone una pausa en su cotidianidad, esta sociedad conformada por diversas tradiciones como la india, la malaya y la china, suele trasladarse a Sentosa.

Aproximadamente a 15 minutos del Centro de Singapur, es posible llegar cruzando un puente a bordo del monorriel Sentosa Express o de un teleférico que regala bellas postales de la zona.

Vale la pena acudir para consentirse con alguna de las opciones del vasto catálogo de divertimento o para darse otra imagen de los habitantes de Singapur, quienes, acostumbrados a una dura disciplina (baste recordar que hay enormes multas por beber y comer en el metro o por pegar chicles bajo una banca o escupirlos en la calle), se notan más relajados.

¿Intercambiar estrés por adrenalina? No es raro ver a oficinistas que trabajan arduamente toda la semana y que durante el fin optan por patinar, dar un paseo en segway, lanzarse de una tirolesa o deslizarse a bordo de un carrito tipo avalancha por una pista-tobogán. Cabe advertir: esta última atracción, llamada Skyline Luge Sentosa, causa adicción.

Para agarrar color

Un frondoso bosque tropical cubre alrededor del 70 por ciento de Sentosa, y como buena isla, no...

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