Desaparecen niños en AL

MÉXICO.- Fue un hallazgo macabro: los dos niños estaban desfigurados por cortaduras profundas, hematomas y quemaduras. Sus cuerpos sin vida estaban en posición fetal, dentro de cajas de cartón que fueron arrojadas como basura en un terreno baldío.

Abel Martínez, de 8 años, y Faustino Salvador Calixto, de 10, fueron asesinados por una pequeña banda de criminales que había pasado los últimos 15 años secuestrando niños mexicanos que vendía luego en Estados Unidos para adopciones ilegales o, como en este caso, para matarlos sin motivo alguno.

Las desapariciones y secuestros, y el tráfico de niños y adolescentes son cada vez más frecuentes en América Latina, donde la mayoría de los Gobiernos carece de recursos financieros, entrenamiento y decisión política para enfrentar estos problemas.

Los secuestradores de Abel y Faustino -identificados como Martha Muñoz Hernández, su hermano Eloy, su hermana Victoria y el esposo de esta última, Oscar Samperio- están detenidos, cumpliendo una condena de 50 años de prisión.

Pero otras decenas de traficantes de menores aún operan en México, Centroamérica y América del Sur, sostienen algunos expertos.

Las autoridades y grupos defensores de los niños consideran que los criminales forman parte de un fenómeno mucho más importante de menores desaparecidos que está aumentando en la región, alentado por la pobreza, la corrupción y normas débiles o inexistentes.

Activistas mexicanos han bosquejado algunas propuestas para crear un centro de niños desaparecidos que use como referencia al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, una institución de la ciudad de Alexandría, en el estado Virginia, que investiga casos con la ayuda del FBI y es financiado tanto por el Gobierno nacional como por donantes privados.

En la actualidad, México tiene escasas organizaciones civiles que reciben donaciones privadas. Los gobiernos estatales carecen de dinero y de las herramientas necesarias para hacer un seguimiento de los casos, y además no están comunicados con las autoridades de otras partes del país.

Las autoridades nacionales, por su parte, sólo participan en casos en los que sospechan existe crimen organizado.

"Puede haberse perdido un niño en Tijuana, pero en la ciudad de México no lo saben", expresó Guillermo Galarza, director para el área de América Latina del centro con sede en Virginia.

Galarza dijo que existe una falta de legislación y de implementación de políticas."Estos casos...

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