Desafío Extremo / Es Cañón del Chiflón un oasis en Coahuila

AutorJuan Guillermo Ordóñez

Me suele pasar cuando voy a algún sitio previamente estudiado en los mapas, en fotografías o por recomendaciones de gente que lo conoce, que al estar ya muy cerca, el aspecto del paisaje que estoy atravesando no concuerda con mi expectativa, provocando en mí una sensación de que estoy perdido o de que tal vez la información proporcionada no era la correcta.

Así, por ejemplo, antes de ingresar a las Grutas de Bustamante por una reducida entrada y ver la aridés del terreno exterior, uno no se imagina que puede existir a unos cuantos pasos un salón o bóveda interior tan grande como un estadio techado.

Lo mismo me ocurrió cuando caminaba por el cañón del río Basaséachi, pues en un trayecto casi horizontal, mi sentido común no aceptaba después de reconocer el terreno que a un centenar de metros el Cañón se abriría y el río se precipitaría abruptamente en una caída vertical de más de 300 metros en las barrancas de la Sierra Tarahumara en Chihuahua para dar lugar a una de las cascadas más bellas y espectaculares de México.

Pero tal vez el lugar donde la realidad se burla más del pensamiento lógico es el Cañón del Chiflón, en Coahuila, con una serie de cascadas de agua turquesa, que son un verdadero oasis en medio del desierto.

Hace unos meses fuimos invitados Mauricio Garza Muguerza y yo por Alfonso Ochoa, guía experimentado en turismo de aventura en el estado de Coahuila, para hacer la travesía del Cañón del Chiflón y terminar de equiparlo para poder descenderlo en rapel.

Este lugar tiene una característica muy especial, ya que es el único escurrimiento de agua de un gran valle o meseta circundada por la sierra de La Testera, de modo que aun cuando la topografía del terreno es muy árida o semidesértica, el cañón siempre lleva agua y ofrece un espectacular contraste al visitante.

Para llegar al Chiflón partiendo desde Monterrey se toma la carretera Monterrey - Saltillo y ya en esta ciudad se dirige uno hacia Torreón; al llegar a la "Y", donde se dividen la autopista de cuota y la carretera libre, se toma la libre.

Pocos kilómetros adelante se pasa el caserío de Plan de Ayala y a 500 metros se toma una brecha hacia la derecha, aproximadamente un kilómetro adelante termina el camino y ahí se deja el vehículo para iniciar la caminata.

Recuerdo que en este punto Alfonso nos mostró unas fotografías de los rapeles y las fosas y yo no daba crédito al ver cómo a escasos minutos de ese lugar casi desértico en que nos encontrábamos existía un lugar tan...

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