Líderes desde niños

AutorDaniel Santiago

Además del amor, hay otro motor humano sin edad: la vocación de servicio. Hay jóvenes que son muestra de ello, pues comenzaron a ayudar en diferentes campos desde que estaban en secundaria.

Algunos de estos chavos son universitarios y gozan de la beca "Formar para transformar", de la UDEM, que se ofrece a chicos que son líderes prácticamente desde niños, sin importar su condición socioeconómica.

"Son jóvenes que durante su preparatoria, o antes, ya estaban haciendo cosas para la comunidad", dice Agustín Landa García Téllez, Vicerrector de Desarrollo.

"Así como hay jóvenes muy apáticos, también los hay muy entrones, que quieren mejorar su entorno, y a esos jóvenes pocas veces se les da un apoyo para que puedan estudiar".

Las primeras becas se comenzaron a entregar desde el 2012. Actualmente hay 14 jóvenes beneficiados, pero la meta es que en los próximos tres años la cifra llegue a 100. El apoyo puede ir hasta un 90 por ciento.

"Nosotros la anunciamos como la beca más difícil de la universidad, porque es donde más cosas van a tener que hacer. Es la de más trabajo, tienen que mantener su 8.5 de promedio y hacer otras cosas, además de las académicas", comenta el Vicerrector.

"Tienen que seguir participando en su programa (de ayuda social), atender a pláticas especiales, viajes. Tienen que hacer un informe mensual de sus actividades. Implica que los muchachos trabajen más que cualquier otra beca".

Conoce historias de tres estudiantes becados que hoy inician un nuevo semestre.

Marco Alberto Ocaña Munguía, 19 años

Halla como voluntario la vocación médica

Desde los 12 años, cuando estaba en secundaria, Marco Alberto Ocaña Munguía se apuntó como voluntario en un hospital, ambiente difícil para un niño, pero no para quien pule su liderazgo y vocación de servicio.

Él pertenece desde entonces a la agrupación Niño Feliz, iniciativa que recurre a juegos diseñados para reducir el estrés y la ansiedad en niños hospitalizados en el San José y, desde hace casi un año, en el Zambrano Hellion.

Fue ahí, viendo sufrimiento y sonrisas de otros niños, en donde este joven, hoy de 19 años, descubrió que quería ser médico.

"No sabía cómo tratar al niño", recuerda sobre sus inicios el joven que cursará el cuarto semestre de Medicina. "A mí nunca me habían hospitalizado y me tocó la primera vez ayudar a una niña de mi misma edad. Fue difícil".

Con su constancia y con las guías profesionales que marca la asociación, Marco sigue en el grupo, pero ahora como coordinador...

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