Denise Dresser / ¿Pachecos o postrados?

AutorDenise Dresser

Aquí postrados ante una guerra que nadie, nunca, podrá ganar. Peleando contra un enemigo -el mercado del narcotráfico- que nadie, nunca, podrá vencer.

Una guerra repleta de sacrificios humanos, alianzas inconfesables, corrupción corrosiva y estadísticas brutales que no ha producido los resultados prometidos. En lugar de contener la violencia, ha llevado a su implosión. En lugar de desmantelar a los cárteles, ha llevado a su dispersión.

México hoy es un país más inseguro, más inestable, más violento que cuando el Gobierno decidió volver a la mariguana el mayor mal del país. Y con resultados cada vez más contraproducentes como la disputa intestina por el control territorial, la complicidad gubernamental y el poder creciente de los cárteles mexicanos, desde las cárceles del Altiplano hasta Iguala.

En hora buena entonces que el Ministro Arturo Zaldívar reconoce la realidad que muchos quisieran rechazar, vía un proyecto que propone despenalizar para uso personal el uso de la mariguana. Enhorabuena la intervención que llevó a aliviar -vía un derivado de mariguana- el sufrimiento de Grace, una niña doblada de dolor.

Aplausos a quienes entienden que millones de personas alrededor del mundo pueden acudir a un dispensario a recibir mariguana por razones médicas o la consumen por razones recreativas. Legalmente.

Si el País hiciera lo que el Ministro Zaldívar propone y la Suprema Corte debería apoyar, habría beneficios que ni siquiera han sido contemplados o sopesados.

Al despenalizar, podríamos tratar a los verdaderos adictos como enfermos y no como criminales. Podríamos disminuir los ingresos de los cárteles y bajar la violencia vinculada con el narcomenudeo. Más importante aún: podríamos llevar a las fuerzas de seguridad a enfocarse en la tarea que le toca.

Hoy la Policía pasa demasiado tiempo deteniendo a consumidores y vendedores de mariguana, que rápidamente son reemplazados por otros. Hoy la Policía extorsiona a dos de cada tres detenidos y se vuelve así soldado de una guerra fútil que no extermina a los enemigos, pero sí corroe a las instituciones.

Hoy la Policía corretea a pachecos en lugar de perseguir a ladrones. Hoy la Policía va tras los muchachos de Ecatepec, pero no los de Polanco.

En esta guerra que postra a las instituciones y a las personas, encarcelamos por años a quienes sólo portaban o consumían: 60 por ciento de los presos están allí por delitos de drogas y 80 por ciento por portación o consumo. Y es una droga que no...

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