Denise Dresser / Memorándum

AutorDenise Dresser

Al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Como es de conocimiento público, usted es el Presidente electo de la República. No es un señor feudal, no es un rey, no es Andrés I. Usted llegó al poder vía las urnas, no mediante mandato divino o el dedazo de Dios.

Cuando asumió la Presidencia prometió respetar la Constitución y las leyes que de ella emanen. Gobiernos anteriores dejaron un legado de pobreza, violencia y corrupción, malestar social y reformas cuestionables que deben ser corregidas. Pero esa herencia no le da permiso para asumir actitudes autoritarias y recurrir a campañas de descrédito contra sus críticos o sus opositores. No le da licencia para continuar fomentando la indeseable polarización social y seguir contribuyendo a la erosión institucional. No le otorga el derecho para pedir a los ciudadanos que, en nombre de la justicia, violen la ley.

Hasta la fecha ha sido imposible instaurar en México un verdadero Estado de Derecho, útil y funcional. Todos los días en todos los tribunales, en todos los ministerios públicos del País alguien viola o manipula o tuerce la ley. Pero en respuesta, usted envía memorándums girando instrucciones a diversas dependencias para que sigan haciéndolo.

Usted cree y tuitea que para desterrar la injusticia y la corrupción, ningún método es inconstitucional. Se comporta como si fuera un monarca absoluto en lugar de un representante electo. Como si fuera un Presidente imperial y no un Presidente constitucional.

Y así, usted vuelve el crimen contagioso, porque cuando el Gobierno mismo desconoce la ley, invita a cada persona a interpretarla por sí misma, ya sea con un soborno o con una pistola. Cuando un Gobierno sugiere que el fin justifica los medios, y que para perseguir corruptos y criminales hay que cometer crímenes, invita a la retribución. Desde San Luis Potosí hasta Minatitlán, lloramos a las víctimas de quienes hacen "justicia" por su propia mano.

Durante décadas el Presidente en turno -priista o panista- declaraba en algún momento "la ley soy yo". Desde el pináculo del poder expropiaba y decretaba, ordenaba y presionaba, interpretaba la ley y decidía la dirección de su ejercicio.

Así lo hizo Vicente Fox con el desafuero, así lo hizo Felipe Calderón con la Guardería ABC, así lo hizo Enrique Peña Nieto con la Casa Blanca y Odebrecht. Por ello la falta de respeto a la ley está incrustada en el ser nacional; cuando el Estado no respeta la legalidad, invita a los ciudadanos a...

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