Denise Dresser / Fuero fantoche

AutorDenise Dresser

¡Bravo! ¡Hurrah! ¡Albricias! Finalmente los Diputados hacen algo bueno al eliminar el fuero. Finalmente la clase política decide combatir la impunidad que le permite actuar como una mafia en el poder.

Se acabará con casos como la "Casa Blanca" y Odebrecht y "La Estafa Maestra", insisten. Habrá funcionarios imputados y juzgados y removidos del puesto, argumentan. Tiempo de celebrar un poco de rendición de cuentas, parecería.

Pero no es así. Ciudadanos furibundos, cual tigres hambrientos, se lanzan con frenesí sobre la carne roja aventada al circo romano en el que se ha convertido la contienda presidencial.

La opinión pública enojada ante los abusos aplaude una iniciativa mal articulada y mal diseñada que no servirá para lo anunciado, pero sí podría acarrear efectos contraproducentes. Porque la ley propuesta no quita el fuero, sólo lo remodela como apunta José Roldán Xopa.

Antes de brincar de felicidad, hay que mirar la letra chiquita. Lo que no es obvio ni evidente. Lo que el populismo legislativo de todos los partidos ante la elección de 2018 esconde. Lo que el PRI y José Antonio Meade presumen como su gran logro, apoyados por la oposición que no se atreve a disentir porque sabe cuán popular es la propuesta que no han leído.

Tanto para quienes lleguen a la Presidencia como para quienes sean sus opositores, la eliminación del fuero

-tal y como está planteada- podría entrañar su destrucción. Unos y otros, vulnerables al uso político de un fuero reeditado de manera torpe, sólo para ganar puntos electorales y no para resolver problemas fundamentales.

La Cámara de Diputados parece no haberse dado cuenta de lo que aprobó con tanto bombo y platillo. Los legisladores improvisan, pensando en el corto plazo y no en las implicaciones para el futuro, para la democracia que dicen apoyar.

AMLO, de ganar la Presidencia, se volvería vulnerable a la posibilidad de un juicio político, cuyas razones no están claramente tipificadas. Podría procederse en su contra por razones tan ambiguas como "actuar en perjuicio de los intereses públicos" o "de su buen despacho".

Javier Corral, como Gobernador de oposición si no ganara Ricardo Anaya, podría ser víctima de medidas cautelares impuestas por un juez si lo considera "sospechoso", incluyendo "el sometimiento o cuidado de una institución o una persona"; la "prohibición de concurrir a determinadas reuniones o acercarse a ciertos lugares"; "la colocación de localizadores...

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