Denise Dresser / Des(Enlace)

AutorDenise Dresser

Acabo de visitar una escuela como tantas otras en el país. La escuela primaria rural "Miguel Hidalgo y Costilla" en Buenavista, Guerrero. Sin teléfono. Sin agua en los baños u otras áreas de la escuela. Sin áreas verdes o juegos para los niños. Con cuatro computadoras antiguas para 150 niños. Con internet tan lento que no sirve ni para enviar un correo electrónico. Con un patio polvoso, repleto de basura que nadie limpia porque no hay recursos para un conserje.

Donde los padres de familia tienen que reunir dinero para traer una pipa y lograr que funcionen los sanitarios. Donde se instrumentará -como parte de la reforma educativa- el programa de escuelas de tiempo completo. Y para ello la SEP ha enviado cajas de frijoles y arroz para darle de comer a los estudiantes. Pero la escuela no tiene una estufa, ni una cocina. Ni personal que prepare los alimentos.

Y lo poco que saben los cuatro maestros allí de la reforma educativa lo han aprendido de los medios o del internet. Dicen que no les preocupa ser evaluados, pero que alguien resuelva las grandes carencias que están condenando a sus niños a una escuela para pobres, para ciudadanos de segunda, para los que quieren educarse pero no tienen con qué.

Batallando para ver quién va a impartir las clases de inglés y computación que las reformas exigen. Luchando para mantener atentos a niños que no se pueden concentrar después de las 10:00 am, porque no han desayunado en sus casas. Batallando para que los padres de familia del pueblo circundante -sin pavimentación y sin agua desde hace 7 meses- provean lo que la Secretaría de Educación Pública debería proveer pero no lo hace. Luchando para saber si el convenio mediante el cual se obtuvieron las despensas va a continuar después de unos meses.

Mientras la reforma educativa es aplaudida con bombo y platillo. Mientras nadie sabe lo que entrañará en realidad su instrumentación en Guerrero y en tantos otros estados atrapados en la marginalidad. Mientras el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación cancela la prueba ENLACE para educación básica en el 2014-2015, y demuestra lo disfuncional que sigue siendo el sistema educativo.

Porque con esa cancelación se está perdiendo la única base de datos longitudinal que se había creado para medir el desempeño educativo de los niños. Porque con esa cancelación no vamos a poder medir el impacto de la reforma educativa sobre los afectados: los niños. Porque con esa cancelación no vamos a poder saber si el...

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