Denise Dresser / La 4a. Ocupación

AutorDenise Dresser

Avorazados, insaciables, como ejército invasor en pos de conquista, Andrés Manuel López Obrador y su partido van por todo.

Por los órganos reguladores en los cuales han colocados a ineptos e incondicionales. Por la Suprema Corte en donde quieren recortar los periodos de los Ministros a seis años, y que sean ratificados por el Senado.

Por la CNDH, en cuya presidencia han impuesto -y tramposamente- a una militante de Morena que llena de loas al Presidente.

Por el Instituto Nacional Electoral a cuyo titular, Lorenzo Córdova, buscan remover vía una reforma constitucional a modo.

El objetivo es claro, la intención es obvia. Rehacer el andamiaje institucional para ponerlo a disposición del Presidente.

Desmantelar lo que la transición democrática construyó incompleta e imperfectamente, para edificar un nuevo mundo macuspaniano.

Argumentando que esas instituciones, a las cuales mutilan a mordiscos, fueron edificadas por élites corruptas. Insistiendo que fueron capturadas por mexicanos moralmente inferiores que jamás velaron por el bien del pueblo.

Ahora finalmente representarán la voluntad popular. Ahora sí funcionarán cuando antes nunca lo hicieron.

Así, de tajo, con una narrativa engañosa y una mayoría mal utilizada, el lopezobradorismo borra décadas de deliberación y debate y reformas -avaladas por la izquierda- que buscaron cambiar a México.

Queríamos limitar el poder discrecional del Presidente, promover un marco regulatorio robusto para incentivar el crecimiento económico, evidenciar las violaciones de derechos humanos cometidas por el propio Gobierno con la esperanza de sancionarlas, inocular a los Ministros de la Suprema Corte contra presiones políticas sexenales, crear un árbitro imparcial para que el PRI tuviera que competir y la oposición pudiera ganar.

En el trayecto, hubo avances y también retrocesos; hubo algunas victorias y también muchos obstáculos que la propia partidocracia colocó.

Sí, surgieron coyunturas en las que el INE calló cuando debió haberse pronunciado sobre las marrullerías electorales del PRI y el Partido Verde.

Cuando los órganos reguladores permitieron que los poderes fácticos impusieran sus propias reglas, y perpetuaran la posición predominante de oligarcas privilegiados.

Cuando la Suprema Corte votó para proteger a los política y administrativamente responsables de la Guardería ABC.

Cuando la CNDH tuvo presidentes impresentables que guardaron silencios execrables.

Múltiples Presidentes y todos los partidos lograron...

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