Deliciosa casualidad

AutorAreli Ávila

Por un error, por casualidad o por una decisión tomada en cierto momento histórico, la gastronomía mundial tiene en su haber innumerables creaciones que nacieron de manera espontánea y sin querer.

Por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si en el año 2737 antes de Cristo una hoja de un árbol de té silvestre no cae en la taza de agua hervida del emperador y herbolario Shen Nung, como cuenta la leyenda del origen del té? O bien, ¿qué haría la pastelería clásica sin la tarta Tatín originada por un accidente de las hermanas Tatín en un hotel de Lamotte-Beuvron, en Francia?

Gracias al azar hoy existen platillos y bebidas famosas como el hojaldre, el sandwich, las crepas o crêpes Suzette y la champaña, que no se han quedado en el olvido.

Pasta de hojaldre

Es obra fortuita de Claudio Gellée (1600-1682) en la región francesa de Toul, explican los autores E. Neirinck y P. Poulain, en su libro Historia de la Cocina y de los Cocineros.

Gellée, llamado Le Lorrain, era aficionado a la pintura, pero debido a su origen humilde optó por trabajar a los 15 años como aprendiz en una pastelería de Château de Chamague, su ciudad natal, en donde pintaba en sus ratos libres e intentaba reproducir sus dibujos en tartas y postres.

Un, día cuando preparaba un pan para su padre enfermo, se le olvidó incorporar la mantequilla; entonces la puso encima de la masa, dobló bien los bordes para aprisionarla y aplastó varias veces el conjunto para integrar la materia grasa antes de meterla al horno; pero cuál sería su sorpresa al ver que el resultado fue una masa de gran volumen, señala el libro Historia de la Gastronomía, de María Mestayer de Echagüe, Marquesa de Parabere.

Después de un tiempo de tratar de perfeccionar la técnica, en 1635 Gellée se coloca en Nancy, la pastelería de Francois Rotabant, para después irse a Florencia como socio del pastelero Angelo Mosca.

Aunque Mosca presumía ser el autor del hojaldre, Claudio era el único que elaboraba la receta en secreto hasta que fue espiado, traicionado y mandado asesinar por su socio. Afortunadamente, Gellée sobrevive a ese atentado y conoce a un pintor alemán que lo toma como aprendiz y le permite alcanzar su sueño de convertirse en un reconocido paisajista.

Sandwich

La primera vez que se sirvió esta preparación fue en 1762, cuando el cuarto Conde de Sandwich, John Montagu (Montague o Montagne), se encontraba a la mitad de un apasionado juego de cartas que se negaba a abandonar, menciona el sitio oficial Open Sandwich, población inglesa del Condado de Kent.

En aquella histórica ocasión Montagu, quien a pesar de su título nobiliario no tenía ninguna relación con aquel pueblo, llevaba horas jugando sin probar bocado, por lo que ordenó a su cocinero que le diera carne o jamón, pero servida de cierta forma que le permitiera comer sin levantarse de la mesa y sin que se mancharan las cartas.

Entonces su cocinero colocó un trozo de carne en medio de dos rebanadas de pan untadas con manteca, que el Conde degustó con beneplácito, sin darse cuenta de que había aportado a la humanidad la...

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