Deja Flory Marcos su sazón a la vida
| Autor | Karla Delgadillo |
Un ser humano que durante 78 años de vida esparció amor entre todos los que la rodeaban, que a muchos cautivó por su forma de ser, y a otros más por su increíble sazón, fue Flory Marcos de Melhem, quien falleció el 22 de febrero.
La estimada vecina de Garza García, que llegó a vivir a Monterrey en 1974 procedente de Belén, Palestina, fue despedida por decenas de personas que acudieron a las dos celebraciones eucarísticas que se realizaron en su honor, los días posteriores a su deceso.
En ellas quedó de manifiesto el amor que sentían por la esposa de Guillermo Melhem Kuri (finado), y mamá de Mónica, Gabriela, Moisés y Guillermo Melhem Marcos, pues sus hijos sólo recibieron hermosos comentarios sobre ella, de quienes los acompañaron.
Y es que Flory dedicó toda su vida a hacer el bien a los demás, colaboraba en obras de beneficencia, ayudaba de forma personal a quien lo necesitaba, y a través de diversas acciones que realizaba en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima, la cual era prácticamente su segundo hogar.
Su ayuda la ofrecía de forma desinteresada y discreta, pues no le gustaba hacer alarde de sus acciones.
En sus casi ocho décadas de vida fue ejemplo de trabajo, fortaleza, optimismo y fe. Su máximo amor eran sus hijos y a ellos se dedicó por completo, ya que tuvo que sacarlos adelante desde muy joven, pues enviudó a los 32 años de edad, estando embarazada de su hijo más pequeño.
Ya que no le temía a nada y afrontaba los retos con valentía, dejó Río Bravo, Tamaulipas al fallecer su esposo, y junto a sus hijos viajó a tierras regias, donde se puso a trabajar en lo que mejor sabía hacer: cocinar.
Gracias a su sazón se convirtió en la pionera en Monterrey y San Pedro, en preparar comida árabe, la cual en poco tiempo fue considerada una delicia gastronómica.
En la década de los 70 tuvo a su cargo el restaurante del Club México Palestino Libanés, donde hizo populares bufetes dominicales y comidas en eventos especiales.
15 año más tarde se separó del Palestino pero continuó elaborando platillos en su casa, ofreciendo un exclusivo servicio a domicilio que existe hasta la fecha. Desde hace muchos años sus hijas Mónica y Gabriela trabajaban junto a ella, y son las que han dirigido el negocio y son las que lo seguirán haciendo, pues heredaron su maravilloso sazón.
Era experta en elaborar todo tipo de comida, entre ellas la mexicana, la cual era su favorita, sobre todo el mole, las enchiladas y los sopes.
Además de cocinar, le encantaba viajar...
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