Dan otro golpe a banco; se duplican los asaltos

AutorMario Alberto Álvarez

Con un casco de motociclista puesto y con lentes oscuros, un joven irrumpió ayer en un banco de la Colonia Fabriles, donde a punta de pistola se apoderó de 28 mil pesos.

La cantidad de atracos sumó 16 en lo que va del año, con lo que se duplicó la cifra de asaltos del 2005, aunque aún faltan más de 3 meses para que finalice el 2006.

Los asaltos bancarios son otro delito que aparentemente también se perfila para romper el récord de los que se han cometido en los últimos años.

Las ejecuciones son los otros ilícitos que ya rompieron el récord que se cometió en todo el año pasado, que se registraron 34, y en lo que va del 2006 ya van 36.

Los 16 asaltos que se han cometido en lo que va del año, ya superaron los 7 que se cometieron en todo el 2005, y de acuerdo a las cifras publicadas por la Procuraduría de Justicia estatal en la página de internet de Gobierno del Estado, en el 2004 se cometieron 20 asaltos a bancos y en el 2003 fueron 24.

De los 16 atracos bancarios cometidos en lo que va del año, el Grupo de Robos Bancarios de la Policía Ministerial ha resuelto 7 de los casos, señaló el detective Juan José Martínez, González.

El atraco de ayer fue cometido a las 14:10 horas, en el Banorte de Colón y Nueva Rosita; sucursal bancaria que el 28 de enero del 2004 ya había sido atracada por un par de jóvenes que un día después fueron capturados en Matamoros, Tamaulipas.

En la semana es el segundo asalto bancario que se comete, pues el martes un hombre de unos 50 años, de aspecto indigente y que portaba un cuchillo, asaltó el Banorte de Pablo Livas y Santa Rosa de Lima, en la Colonia Santa María, en Guadalupe, donde se apoderó de entre 9 y 11 mil pesos.

El detective Martínez dijo que en al atraco de ayer los empleados bancarios no sospecharon del ladrón, pese a que ingresó con casco de motociclista y con lentes oscuros.

En vez de activar de inmediato la alarma ante la inminente apariencia sospechosa del joven, los empleados esperaron a que llegara a la caja 1.

Al encontrarse frente al empleado, el joven sacó una pistola al parecer revólver, con la que lo encañonó.

El ladrón advirtió gritando que se trataba de un asalto y que nadie intentara intervenir o activar la alarma, porque de lo contrario podría causarles daño, tanto a los empleados como a los clientes.

Después de la caja 1, el asaltante se dirigió a la caja 2, donde también exigió el dinero que tuvieran, para luego salir corriendo de la sucursal.

Los empleados refirieron a los investigadores...

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