Curricán / Anécdotas de caza

AutorEnrique Caraza

Aquellos lectores que hace 17 años empezaron a leer nuestros relatos sobre deportes al aire libre recordarán que empezamos escribiendo experiencias de pesca y cacería.

Muchos han llamado con cierta razón a estas actividades "los deportes hermanos". La pesca en sí viene siendo una especie de cacería, que proporciona esa misma satisfacción de ir tras una presa y lograr su captura.

Ambos deportes proporcionan al individuo que los practica esa sensación de aventura y superioridad que muchos de nosotros anhelamos experimentar en esta vida.

La práctica de estos deportes es muy extensa y diferente, pero ambos pueden proporcionar momentos de intensa emoción. Recordamos una cacería en la que se tomó la decisión de cruzar un río crecido colgados de una cuerda.

El cauce de ese arroyo llevaba una creciente que nada más de oírla, causaba pavor. No era muy grande el volumen de agua, pero era una corriente muy rápida que llevaba multitud de ramas y troncos.

Una vez que un guía nativo logró vadearlo, se tensó la cuerda por donde teníamos que cruzar. Primero se cruzaron las armas y luego las provisiones. Al fin llegó el momento en el que teníamos que cruzar nosotros.

Con cierto temor surgió el primer valiente, y empleando brazos y piernas llegó al otro lado sano y salvo. Ante esa demostración de valor, nos animamos los demás a intentarlo.

Ya habíamos notado que uno de...

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