Nuestra cultura, actividad esencial

AutorMario García Torres

No soy pesimista, al contrario.

En verdad creo que un día en la mañana tomaré el periódico y leeré: La vacuna esta lista. Unos meses después regresaremos a una versión de lo que el mundo era antes de esta pandemia.

Ese día puede ser este lunes o en 4 meses, o en 1 año o en 2. Mientras tanto, es importante asumir que ésta es otra, y es nuestra normalidad. Es la nuestra, la de la sociedad civil, que no la "nueva".

En México no estamos exentos de asumir responsabilidades cuando de catástrofes se trata. Y ésta es una oportunidad para repensarnos y reestructurar absolutamente todo, de reinventarnos, desde nosotros como ciudadanos. Creo en verdad que de ésta saldremos un mejor mundo, un mejor país, un mejor barrio.

Pero, más allá de cuestionar las políticas con impactos tan inmediatos como los que parecen regir nuestros días, propongo que tomemos un momento para imaginar el futuro, nuestro futuro cercano.

Imaginemos qué pasará si en un año no existe todavía una vacuna para el Covid-19.

Si no empezamos a asumir este estado como normalidad hoy, el día que salgamos a la calle estará todo en ruinas, no sólo la infraestructura, sino la operatividad de nuestro mundo. Pero paro ahí.

No pensemos en un año, imaginemos nuestras ciudades en un mes. Nuestras relaciones personales en un mes. Y sobre todo, imaginemos nuestra salud mental. En un mes más, afuera no habrá ruinas, pero nosotros como humanos, seremos una, desacostumbrados a vivir en un espacio limitado, en una convivencia limitada.

Asumir esta normalidad y preocuparnos por nuestra salud emocional deberían ser hoy una prioridad. La cultura y las infraestructuras que la sostienen en nuestro país resultan hoy, más que nunca, una herramienta clave para sobrellevar esta condición.

La cultura y el arte nos han acompañado durante estos meses; nos han entretenido, nos han activado, y nos han tranquilizado en casa. Es momento de dar el siguiente paso.

Hoy, como sociedad civil, con el conocimiento y el historial que nos han unido en el pasado, podemos declarar y asumir a la cultura como una actividad esencial.

Con ello lograríamos utilizar la infraestructura cultural de nuestro país para empezar a aliviar nuestra salud emocional.

Con ello nos estaríamos ocupando de nuestro futuro cercano, y no sólo del inmediato, como nos han acostumbrado la mayoría de los gobiernos recientes en nuestro país.

Para llevar a cabo esta apuesta, los trabajadores de la cultura esencial deberíamos estar ahí afuera trabajando, con...

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