Entrevista / Horacio Croxatto / Revoluciona con anticonceptivo subdérmico

AutorPaloma Villanueva

Platicar con Horacio Croxatto sobre su vocación y sus inventos es como leer un libro de aventuras: hay grandes historias, batallas ganadas y un hombre que no olvida nunca que vino a este mundo para hacer algo por la humanidad.

Horacio Bruno Croxatto Avoni nació en Santiago de Chile, el 14 de julio de 1936. Es médico cirujano por la Universidad Católica de Chile y se formó como investigador de la reproducción en mamíferos en la Universidad de California y la Universidad Rockefeller.

Lleva 55 años dedicado a la investigación de la reproducción y la fertilidad. Ha registrado más de 15 patentes y sus investigaciones sobre fisiología de la reproducción y la aplicación de sus hallazgos al desarrollo de métodos de regulación de la fertilidad se han difundido en más de 300 publicaciones.

Actualmente es profesor titular en la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, en Santiago de Chile, donde dirige el Centro de Investigación de Medicina Integrativa y Ciencia Innovadora.

De todas las ramas de la medicina, ¿por qué se inclinó por la investigación?

Como estudiante de medicina varias veces experimenté la frustración de atender a un enfermo grave y darme cuenta de que la medicina no tenía remedio para él, y se murió; eso me produjo una cierta frustración y decidí que no quería dedicarme a curar personas enfermas.

Por otra parte, ya me había demostrado a mí mismo que tenía buena habilidad para hacer investigación científica, porque siendo estudiante empecé a hacer experimentos con animales y me di cuenta de que tenía bastante habilidad y que las hipótesis que yo formulaba la mayoría de las veces eran correctas. Eso me gustó, me motivó, por eso decidí dedicarme a la investigación.

¿Qué lo llevó a la experimentación en el campo de la reproducción humana?

Cuando estaba en tercer año de medicina hice un experimento en conejas para ver si una parte del cerebro que se llama hipotálamo realmente producía una hormona que controlaba la ovulación, y ese experimento resultó maravillosamente bien y demostró que sí, que el hipotálamo produce una hormona que controla la ovulación, y ahí es donde me enganché con el sistema reproductor de la hembra y después seguí por el mismo camino, trabajando con ratas, ratones, cuyos y, bueno, como me iba bien, seguía.

Croxatto asegura que una vez que se metió al laboratorio ya no salió nunca y se enroló en lo que él califica como uno de los pocos círculos virtuosos que existen en la vida: "ocurre que lo que tú haces...

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