Crítico y lector

AutorDaniel de la Fuente

En Cuentos y cuentistas. El canon del cuento, Harold Bloom escribió "Yo acepto únicamente tres criterios de grandeza en la literatura de imaginación: esplendor estético, poder cognitivo y sabiduría".

Agregó: "Lo que se ha dado ahora en llamar 'relevancia' terminará en el cubo de la basura en menos de una generación, ya que nuestra sociedad -de forma un tanto tardía- va enmendando prejuicios e injusticias. Las modas en literatura y en crítica caducan como piezas típicas de una época determinada. Pero el mobiliario viejo y bien hecho sobrevive como antigüedad valiosa, destino que no es el de las exhortaciones imaginativas e ideológicas mal fabricadas".

Bloom nunca desistió de estas afirmaciones, pero contrario a lo que se pudiera pensar, que fuera inquilino de altas esferas desde las que pontificaba sólo con congéneres, la realidad es que el decano de la Universidad de Yale dialogó con lectores de todos los estratos, por lo que no era raro que muchos de sus títulos llegaran a las listas de los más vendidos, además de ser bien atendidos por la crítica.

¿Cómo logró un profesor universitario llevar los estudios literarios a esas alturas? Muy probablemente debido a que este buen lector nacido en el Bronx en 1930 y fallecido el pasado 14 de octubre en New Heaven, Connecticut, tuvo ese prodigioso encanto de escribir sobre la mejor literatura sin escatimar sabiduría, tampoco arrojo, y, a la vez, a través de una prosa sencilla, directa.

"Humanizó el saber", se indica en La escuela de Wallace Stevens. Un perfil de la poesía estadounidense contemporánea, cuya edición, traducción y notas estuvieron a cargo de Jeannette L. Clariond, un hito en nuestra historia literaria.

Todo se debe también al amor. Así lo dijo en el 2003 previo a recibir en Monterrey el Premio Internacional Alfonso Reyes:

"La crítica me parece que debe ser únicamente una forma de sabiduría que responda a un actor de amor al autor que se estudia. No responde a una filosofía: es una respuesta a lo que uno es".

Desde que en 1959 publicó Shelley's Mythomaking, su tesis doctoral, Bloom se fue convirtiendo en uno de los referentes más influyentes para comprender textos esenciales, recuperar autores, Samuel Johnson entre ellos. Entre sus libros populares están El canon occidental, Cómo leer y por qué y Genios. Un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares.

Encabezado por Shakespeare, a quien en La invención de lo humano Bloom equiparó con Dios, El canon fue juzgado por algunos como...

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