Tres Cristos regios/ Un día después: Descansa tras la 'agonía'

AutorAna Campoy

Después de cargar 120 kilos sobre su espalda, recibir latigazos y ser crucificado, Gerardo Robles durmió como un lirón.

"Vi la cama y ya no supe más", cuenta el joven de 21 años que hizo el papel de Jesucristo en el Viacrucis de la Basílica de Guadalupe la tarde del viernes.

Un día después, las huellas de la pasión y la muerte que representó se encuentran en carne viva: su espalda guarda las rojas marcas de los azotes y un enorme moretón violeta en el hombro derecho muestra el lugar donde descansó la cruz mientras era cargada por Gerardo cuesta arriba por la colonia Independencia.

"Estoy un poco adolorido", dice el joven, que por experiencia -es la segunda ocasión en que personifica a Cristo- sabe que dentro de una semana se le borrarán las raspadas de la espalda.

"El año pasado estuvo menos cansado porque la cruz no pesaba tanto, pero los latigazos estuvieron más fuertes para compensar; pero este año no estuvo tan duro el cansancio", comenta Gerardo, quien cargó casi el doble de su peso por espacio de una hora.

Pero el agotamiento que todavía se le nota en el rostro es sólo una mínima parte de lo que le dejó la experiencia de revivir el sufrimiento de Jesús antes de resucitar.

"Me siento muy tranquilo", afirma, "sientes bien padre...

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