La Coyotera: El lugar sin límites

AutorMaría Luisa Medellín

Sentado cerca de las vías del ferrocarril, un joven enclenque de rostro avejentado sostiene una bolsa con pegamento industrial, en la que sumerge nariz y boca inhalando ansiosamente.

A unas cuadras, una decena de hombres y mujeres elevan sus oraciones en un templo evangélico. Algunos se encuentran en su sano juicio, otros, bajo el influjo del alcohol o las drogas.

Los niños regresan de la escuela, y en su camino cruzan frente a los cuartos donde prostitutas y homosexuales vestidos llamativamente de mujer platican animadamente.

El comercio carnal en la colonia Garza Nieto inicia temprano, o mejor dicho, no cesa. A la hora en que se abren las tiendas de abarrotes y los obreros se dirigen a sus empleos, o por la noche cuando las familias duermen, las cantinas y el mercado del placer se mantienen en vigilia.

Ahora, con las demoliciones para ampliar la avenida Venustiano Carranza, las familias confían en que este sórdido paisaje pueda cambiar.

No así la parte de los vecinos que atiende los bares y se emplea en el sexo servicio en las cuadras cercanas a esa arteria.

Manuel González Reyna, con 50 años en el lugar, dueño de dos bares, es uno de ellos.

"Nomás vinieron y de un día para otro querían que desalojáramos. A mí me tocó que me quitaran parte de una de mis cantinas, y nada más me dieron 30 mil pesos cuando a otros les dieron 50 ó 100 mil.

"Tengo otro barecito más acá, y a ese no lo van a tocar según dijeron, pero hay el run, run de que van a seguir tumbando, y eso que acabo de pagar refrendo de los dos negocios, como 4 mil pesos, pues no se vale. A ver a dónde vamos a ir a parar".

Gaby, Rosa y María, homosexuales que rentan un cuarto a unos metros de la vía del ferrocarril, esperan que sus días y sus noches aquí todavía sean muchos.

"Nos va re bien", exclama Rosa, acicalándose el cabello, "vieras cómo llegan los señores en buenos coches, gente de billete, y bueno, otros no tanto, ¿verdad?, pero nada más derrumbaron los negocios de la avenida, esperamos que a nosotros no, porque si nos quitan de ganar ese dinerito, ¿qué hacemos?".

Hogares, fábricas y prostíbulos conviven en esta geografía, y los colonos lo asumen como parte de su cotidianeidad.

Nancy Balbina Balderas Martínez, administradora del centro DIF de la Garza Nieto, comparte que en las encuestas para integrar un diagnóstico comunitario, las problemáticas que los vecinos enumeran en los primeros puestos son la drogadicción, la venta de drogas, el robo, el vandalismo y el embarazo en...

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