Coral en libertad

AutorDaniel de la Fuente

Su mamá quería llamarle Coral por su abuela, pero el padre volvió del registro civil con la noticia: se llamaría Angélica.

Molesta, la mujer dijo que su hija nunca iba a ser conocida con este nombre: "¡Jamás!", gritó, y con el tiempo a Coralito, Cora o Coral -como le dicen a esta mujer que se enteró de su verdadero nombre hasta que la inscribieron en la escuela- se agregó el Aguirre por un médico del que se enamoró cuando era una niña.

"Y cuando conocí a Dardo y supe que era Aguirre, dije: 'Perfecto'", expresa sobre su pareja la mujer que dejó atrás el Angélica Claro Canteros. "Así, siempre fui Coral Aguirre, es decir: yo siempre elegí, elegí todo".

Coral enciende un cigarro en la sala de su casa. Libérrima, la escritora y teatrista se zambulle en una travesía conformada por todas las facetas: ser la distinta en el salón de clases, la lectora, la que prefería estar entre las piernas de su madre mientras tocaba el violín, la que eligió la viola, la que terminó enamorada de un chico de barrio con orden de captura por desertar del servicio militar, la que hizo teatro pese a la dictadura, la que fue desaparecida por el gobierno, la que resistió el cautiverio, la que se exilió, la que escogió México para vivir y que ya conocía porque escribió una obra sobre Sor Juana.

La que quedó varada en Monterrey, pero al final le gustó, y la que volvió a Argentina, su país, para declarar contra militares.

La que, a sus 80 años, es decana de las artes en la Ciudad, lo que no significa mar en calma sino olas altas. El escritor Mario Anteo habla de la maestra de la Facultad de Filosofía y Letras y titular de la Escuela de Teatro de esta facultad de la UANL: "Muy de la causa feminista, aguerrida, preocupada por la enseñanza, Coral es la eterna joven, la de la mentalidad libre y revolucionaria que empatiza de inmediato, porque emocionalmente se entrega demasiado".

Así es Coral Aguirre.

* * *

Su abuelo paterno perteneció a la liga argentina, la que perseguía estudiantes y los colgaba. Su padre venía de la tradición terrateniente y malgastó su patrimonio. Su madre, del norte, tuvo que pelear mucho para estudiar, aunque abandonó el violín porque a su esposo no le gustaba. A veces tocaba en su ausencia.

Nacida el 7 de julio de 1938, Coral fue hija única por cinco años. Su hermana no tiene nada que ver con ella. La familia dejó Bahía Blanca para vivir cerca de la base naval de Belgrano, donde eran claras las diferencias sociales.

"Por eso soy de izquierda", aclara Coral, "me enamoré de la Revolución Cubana, soy muy...

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