Cony De Lantal / La novedad de lo añejo...

AutorCony De Lantal

¡Por fiiiiin! Ya debutó el estreno más cansado de la historia, el tan, pero taaaaan cacareado 40 West que estuvieron anunciando y acondicionando por los siglos de los siglos en la rebautizada Torre CNCI de Valle Oriente, a un costado de Plaza Fiesta, justo en esos saladísimos locales en donde no se ha logrado ni un caldo con papas.

Pero de qué se mortifican, si éste hasta bendición de Cardenal trae. Ya veremos si con esa lavadita se les limpia el antecedente... a los desafortunados locales me estoy refiriendo, of cors. Y ora sí, podrán decir misa de este 40 West, pero yo no me voy a fijar más que en lo meramente culinario (¡milagro!). Lo que suceda más allá de la cocina, pues ya es ajonjolí de otros moles.

Lo que sí te puedo decir es que tanto se tardaron en abrir, que en el camino hasta se les cayó una de las "t" del nombre. Empezaron promocionándolo como 40 Westt y ahora resulta que mejor es 40 West. A fin de cuentas quedaron medio disléxicos, porque en algunas partes está el nombre con doble "t" y en otras con una sola. La marquesina, los menús, las tarjetas y hasta las toallitas bordadas del baño, todas difieren entre una versión y otra.

Y en realidad todo el cuento es porque lo que iba a ser una franquicia del famoso 40 Westt de Montreal, Canadá, acabó en mero fusil, seguramente porque en la recta final nomás no se entendieron con la marca original y, muy a la mexicana, optaron por piratearse todo el concepto, con la salvedad que les da esa letra perdida.

Todo ese rollo de la cámara de añejamiento, del raw bar, del jazz, cocina abierta y muchos aspectos de la decoración son "heredados" del restaurante canadiense. Es más, hasta chef de allá se agenciaron, quien en realidad es musulmán y le llaman Mustafá, pero hizo su carrera culinaria en el país de la hoja de maple.

En fin, piratex o no, la buena noticia es que ya tenemos aquí un restaurante que te ofrece todo ese show de la cámara de añejamiento.

Haz de cuenta que llegaste a la 5ª Avenida del filete. Como en aparador de tienda fina, ahí ves los cortes exhibidos en proceso de añejamiento, mientras se convierten en verdaderas joyas para el paladar. En ese enorme cuarto de cristal climatizado, la carne toma su curso de saborización de 21 a 28 días con su debido registro de pedigree, etiquetada para llevar la contabilización.

Es curioso, pero ves cómo los comensales, sobre todo los hombres, se pegan al vidrio babeando como huérfanos en panadería, para admirar esos retazos cuasi formes y...

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