Cony Delantal / Chi latinaron...

AutorCony Delantal

De veras que estos del Grupo Pangea son unos magazos.

Inexplicablemente nos cierran su (según yo) exitoso Genoma para convertirlo en un "no sé qué" de embadurnes fusionados entre chinos y latinos, lo decoran al puro estilo del valemadrismo ecléctico, se fuman un menú de extravagancias con cara de Mao Tse Tung, y resulta que yo salgo encantada de eso que ahora llaman Chino Latino.

La ambientación es una irreverencia total. Vas a decir que estoy medio tocadiscos, pero está tan burda y simplista, casi rayando en el mal gusto, que me pareció genial.

Yo diría que incluso se mofan del glamour y caché que esperas encontrar en un lugar tan exclusivo como éste. En el baño tienen viles llaves de jardín, de esas que compras en plomería de barrio. El piso hasta se ve mal terminado, así como lo tuve yo por años mientras me traían a puros "te juro que ora sí es lo que sigue". Uno de sus muros lo adornan unas extrañas cabezas de vaca anoréxica, tan ridículas como cómicas. De una parte del techo cuelga un huizache pelón pintado de blanco, con foquitos navideños que se ve bastante tétrico, y al otro lado del salón pende una especie de cortina que parece hecha de puros palos de escoba.

Y a eso añádele que en otra de sus paredes exhiben unos boquetes como si los hubieran abierto a mazazos, igualitos al que me dejó mi marido en el baño cuando quiso instalarme el toallero por ahorrarse el instalador. Aquí adornan con velas cada uno de esos hoyos, que al chorrear la cera le dan a esa pared un aspecto cavernoso, casi místico. Se me hace que me voy a copiar la idea y, de una vez por todas, le hago su altar de muertos al "habilidoso" que tengo en la casa.

Pues toda esa mezcolanza de alucinaciones decorativas tiene un no sé qué, que qué sé yo, que te cautiva. Será la atmósfera, el vinito, el menú o el sereno, pero el lugar tiene ángel.

Y es que además tienen tan buen servicio, que sales de ahí sintiéndote reina. Hay un chorrazo de meseros a tu servicio, que literalmente se ven como un ejército, porque andan todos ataviados con uniforme de policía. Ya me estaba imaginando yo que llegaba Aldo Fasci a tomarnos la orden, así relamidito y en esa posición de "firmes" que hacíamos todos para la foto del festival en el kínder, tal como posó para el periódico ahora que estrenó atuendo en el desfile.

A pesar de que son tantos y tan serviciales los meseros, no sientes el empalague de otros restaurantes primerizos que, en el afán de halagarte, se pasan de la rayita y acaban por...

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