Convierten los paseos en 'tortuosas travesías'

AutorLuis Enrique Pacheco

EL NORTE / México

MÉXICO.- Participar en un vuelo hacia Estados Unidos ya no es un "paseo por las nubes" para Salvador Reséndiz, sobrecargo de Aeroméxico, sino una "tortuosa travesía plagada de trastornos".

"Esto se ha convertido en un calvario. Incluso, me siento humillado. Las medidas se me hacen un poco exageradas porque definitivamente nuestro país no puede ser terrorista.

"Todas las restricciones contra la gente han provocado una enorme cantidad de contratiempos y problemas para el abordaje, y al final lo único que han conseguido es el enojo de los pasajeros", dijo en el aeropuerto capitalino, en el área reservada a los integrantes de las tripulaciones.

Proveniente de Boston, Reséndiz, de 34 años, ha emprendido siete viajes a diferentes ciudades estadounidenses en las últimas dos semanas.

"Recientemente volé a Los Angeles, aunque no en el ya famoso vuelo 490. Pero mis compañeros que estuvieron ahí me han dicho que las molestias entre la gente fueron intensas, pero se resignó porque no quedó de otra.

"Creo que ha habido debilidad por parte del Gobierno de México. Yo me siento muy agredido por estas minuciosas medidas. A ver, ¿qué sentiría Estados Unidos si a una de sus aerolíneas les canceláramos a último momento o le exigiéramos que revisara más a sus propios ciudadanos? No creo que les gustaría", apuntó.

Claudia Chávez, sobrecargo de Aeroméxico desde hace 13 años, no acaba de asimilar la idea de convivir, casi diariamente, con los guardias armados que, por disposiciones estadounidenses, se infiltran entre los pasajeros.

"Me siento rara de saber que entre los viajeros hay agentes con pistolas, observando y listos en todo momento para vérselas con secuestradores o cosas así.

"Como que no me concentro bien por traerlos abordo. Sólo se identifican con el jefe de cabina minutos antes del despegue, y a nosotros se nos informa que traemos 'personal externo de seguridad', pero nunca sabemos quiénes son", indicó.

"Más de una vez", siguió la aeromoza, "al momento de servir los alimentos a los pasajeros, me he preguntado si éste, aquél o ése de allá podría ser un oficial oculto.

"La sensación es confusa: por un lado, me siento que estoy en una situación de riesgo, junto con los pasajeros; pero también sé que debo hacer mi trabajo con normalidad, fingiendo que todo está bien".

'Mejor ni me meto en broncas'

Mario Velasco lleva siete años desempeñándose como bolero en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

"La mayoría de mis clientes...

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