Contrapuntos / ¿Por qué acudir a votar?

AutorMaría Cecilia Liotti y José Luis Berlanga

José Luis Berlanga

Yo prefiero apostarle a la participación ciudadana. Al participar en la esfera pública, las instituciones y las leyes ya no son externas a mí, sino que son mías, propias.

El autor es candidato a Maestro en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Puebla.

Las tendencias abstencionistas resultan preocupantes. Según las encuestas, en las elecciones de hoy habrá un porcentaje de abstencionismo que oscila entre el 50 y el 60 por ciento. Se presenta una paradoja: cuando por fin tenemos elecciones limpias y confiables, no vamos a votar. Tanto esfuerzo, tanto trabajo para construir un régimen político democrático y al parecer el capital cívico acumulado se dilapida.

¿A qué atribuir el fenómeno? Actualmente, en mi opinión, el tema del abstencionismo está vinculado con la crisis mundial de los partidos políticos. Hay indicadores claros de esta crisis: pérdida de militancia, militantes menos activos, ideología poco clara y, en diversas actividades, los partidos han sido rebasados por la sociedad civil.

¿Por qué están en crisis los partidos políticos? Porque se han desligado de los ciudadanos, porque han roto la comunicación con ellos; se ha generado una especie de "cortocircuito" entre los representantes y los representados.

Los partidos ya no cumplen su función: garantizar la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones públicas y exigir la rendición de cuentas a los gobernantes. En una palabra: ya no fungen como mediadores entre el Estado y la sociedad.

Los partidos políticos, en las democracias modernas, responden cada vez más a los intereses de sus élites internas y cada vez menos a los intereses sociales. También se les han hecho cuestionamientos públicos por razones de corrupción y nepotismo.

Para la politóloga María Marván Laborde, la crisis actual de los partidos políticos tiene un doble origen. Por un lado, con el proceso de globalización se limitan los márgenes de maniobra de los partidos políticos, ya que sus programas y plataformas están obligados a acatar las directrices de las fuerzas transnacionales del mercado y de los organismos supranacionales.

Por otro lado, con los medios masivos de comunicación se han debilitado los espacios para la discusión y el debate públicos. En la televisión predominan las imágenes y las frases cortas y vacías de contenido. Las formas políticas se han tenido que adaptar a este lenguaje. La mercadotecnia política ha sustituido a los programas y declaraciones de...

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