Contagia a jóvenes rock en Medio Oriente

AutorRicardo Mir

Especial

DAMASCO.- El café internet está casi vacío y escondido en un segundo piso de un callejón de Damasco.

Su dueño, Gaara, un chico con barba de chivo, pelo corto y una cadena enganchada a la cartera, selecciona una canción en su computadora. La melodía comienza con un pasaje instrumental con aires orientales, casi como una plegaria sufí.

Guitarras acústicas y después distorsionadas se apoderan de la melodía, arrebatada súbitamente por un alarido torturado y de ultratumba. Se acabaron las dudas: heavy metal en Damasco.

Gaara sacude la cabeza y cierra los ojos. Las paredes del diminuto cibercafé retumban hasta que un hombre mayor entra en la sala.

"As Salaam Alekum", dice Gaara y en un instante, el tema de Brutal Destiny -el grupo que suena y del que es vocalista- muta en una inofensiva canción de pop árabe.

Oculta entre el conflicto con Israel, el pulso entre autoritarismo y democracia, entre fundamentalismo religioso y secularismo, en Medio Oriente se está librando otra batalla silenciosa por la cultura popular y la libertad de expresión.

"La gente no está acostumbrada al rock ni al heavy metal y los ven como una amenaza foránea contra las buenas costumbres y la cultura árabe", explica Gaara sin saber que su reflexión es idéntica a las de hace medio siglo, cuando Elvis Presley escandalizaba a un Estados Unidos puritano y racista con su música negra y sus contorsiones lascivas.

Su banda, Brutal Destiny, se ha autoeditado un disco, grabado con una computadora en la habitación de su casa. Puede encontrarse en internet, pero no en las tiendas.

La venta de la mayoría de bandas de heavy metal está bida y no sólo en Siria, sino en otros países árabes como Líbano, Egipto o Arabia Saudita.

"El problema en Siria no es el Gobierno, sino la sociedad que identifica esta música con el alcohol, las drogas y la violencia", apunta Nard, un crítico teatral que escribe canciones en sus horas libres.

La presión social es tan rígida que este veinteañero no se atreve a tomar una cerveza en la calle, a pesar de ser legal la venta de bebidas alcohólicas.

"Tengo que comprar la chela de noche y llevármela en una bolsa a casa para no ser blanco de las habladurías", lamenta.

En 1997, las fuerzas de seguridad egipcias arrestaron a un centenar de fans rockeros y del heavy metal en el Cairo bajo sospecha de adorar al diablo.

La prensa oficial lanzó una campaña surrealista de difamación recreando supuestas fiestas con drogas, orgías y rituales satánicos que incluían...

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