Conoce tierra de su ídolo

AutorMartín Banda

Para el diestro español, Alejandro Talavante, ayer no fue un día cualquiera.

Luego de debutar en tierras aztecas el pasado martes en la Plaza de Toros San Felipe, de San Pedro, donde cortó dos orejas, el extremeño planeó un recorrido por la tierra de su ídolo.

Su primera parada era obligatoria: conocer, al menos en bronce, la estatua de Manolo Martínez, de quien su apoderado Antonio Corbacho le ha contado su trayectoria taurina.

Como lo había prometido, Talavante homenajeó al diestro regiomontano al brindarle su segunda faena de la noche del martes al niño Mael Cantú, de 11 años de edad, nieto de Manolo, quien ocupó una barrera de primera fila, acompañado de su abuelita Bertha Ibargüengoytia viuda de Martínez.

Paradójicamente, el día que Talavante decidió ser torero fue cuando, a la misma edad que tiene el nieto del "Mandón", su abuelo materno lo llevó a una corrida para ver torear por primera vez a José Tomás.

Esa tarde, el de Galapagar le obsequió las orejas que había cortado, marcando en Talavante la idea de ser como el madrileño, a quien consideró desde entonces como uno de sus ídolos.

Y ayer, Talavante recorrió algunas calles por las que transitaba su otro ídolo, el "Mandón", comió cabrito y visitó la Monumental Monterrey "Lorenzo Garza", a quien también conoció inmortalizado en el bronce en el Paseo de los Toreros, ubicado en la calle Zaragoza, en el Centro de Monterrey.

"Cuando José Tomás me tiró las orejas me impactó, por eso ayer (el martes), viendo al nieto del maestro Manolo me acordé mucho de lo que me pasó y decidí brindarle la muerte de mi toro; de niños todos tenemos un héroe y aquella tarde (en España) parecía que a mí se me había aparecido Supermán y por eso quise ser como él", dijo ayer el diestro de Badajoz.

Durante el recorrido, el español se sorprendió al observar en todo lo alto, y con el cielo despejado, el Cerro de la Silla, ícono de los regios.

"Esto lo recordaré por siempre", dijo Talavante, quien agregó que le había impactado mucho la frase "El Arte soy yo", que leyó en la base del monumento a Martínez.

-¿Qué puede haber después de esa frase?

"Un silencio. No se puede contestar nada y es mejor callarse. Si lo dijo, es porque aparte de que así lo piensa, es porque lo hizo.

"Yo prefiero hacer el arte, lo que pasa que uno se tiene que sentir artista y luego tener el cuajo suficiente para, lo que dices, cumplirlo, y creo que él (Manolo) le echó valor diciéndolo y delante del toro intentando cumplirlo".

Se le recordó...

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